Las autoridades locales han permitido a los residentes de las zonas afectadas que regresen a sus casas para recoger sus pertenencias, bajo un estricto toque de queda.
Tropas de la Guardia Nacional estadounidense patrullan las calles de un barrio evacuado de Nueva Orleans, en el estado de Luisiana.
Trabajadores de rescate de varios estados y agencias se trasladan por la zona pantanosa en un bote impulsado por aire, en Matarie, en la zona de Jefferson Parish, Luisiana.
El actor Sean Penn se une a los esfuerzos de rescate. La ciudad de Nueva Orleans presenta un panorama que ha sido tachado como "horrible" por el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff.
El Presidente George Bush, quien ha recibido fuertes críticas por su lenta reacción ante la crisis, durante una reunión en un centro de operaciones en Luisiana.
Cientos de evacuados de Nueva Orleans buscan ropa y asistencia en uno de los refugios de Texas. Ante la avalancha de damnificados, este estado ordenó un puente aéreo hacia otros como Utah y Nueva York.
En una reunión sostenida entre el embajador de EE.UU., Eduardo Aguirre, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, España se ha comprometido a hacer «todo lo posible» para atender las necesidades norteamericanas.
Ante la inmensidad de la tragedia causada por el huracán «Katrina», EE.UU. ha pedido por primera vez ayuda humanitaria a Europa.
Además, las autoridades han advertido a la población de que se preparen para lo peor cuando retroceda el agua ya que pueden encontrarse hasta 10.000 cadáveres.
A pesar de toda la ayuda llegada a la zona, la tarea que hay por delante es colosal y flaquean las fuerzas de los que están allí desde el primer momento.
Unos 200 policías han decidido tirar la toalla y abandonar sus puestos ante la impotencia que sentían y que llevó a dos de ellos a suicidarse.
De todas formas, los saqueos y los actos de violencia comienzan a reducirse en Nueva Orleans debido fundamentalmente a la abundante actividad de militares en la zona.
La estrategia oficial parece concentrarse ahora en las tareas de rescate y en organizar la ayuda, más que en responder a las recriminaciones que se le han realizado.
En otros muchos lugares asolados, las víctimas tratan de hacer frente a una situación que, son conscientes, tardará mucho tiempo en volver a la normalidad.
Las miles de personas que esperan a ser evacuadas de Nueva Orleans comienzan a sentir cierto alivio con la llegada de la ayuda federal...
...pero persisten los sentimientos encontrados de esperanza e indignación.
Esperanza porque, por fin, les han llevado agua, comida y productos de primera necesidad y empieza a decaer la violencia.
Indignación porque para muchos los refuerzos llegan tarde y siguen siendo escasos.
Tras las fuertes críticas por inoperancia y lentitud para enviar ayuda a la devastada Nueva Orleans, George W. Bush incrementó el envío de socorro a la zona azotada. En total, se trasladarán 17.000 soldados más.
La impaciencia empieza a hacer estragos en Nueva Orleans. Las lluvias amenazan con complicar las inundaciones que ya sufre la mayor parte de la ciudad.
Todavía no hay una cifra oficial de muertos y las autoridades han insistido en que, hasta que no hayan terminado con las labores de rescate y ayuda a los sobrevivientes, no se van a ocupar de esas estadísticas.
Según la Casa Blanca, aproximadamente 250.000 kilómetros cuadrados, principalmente de los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama, fueron afectados por el huracán.
La situación del orden público en Nueva Orleans ha empeorado notablemente debido a la ansiedad que comienzan a manifestar muchos de los damnificados.
La población lleva varios días sin suficientes alimentos o agua y la situación se hace insostenible.
Dado el alto índice de violencia y los saqueos, el alcalde Ray Nagin ordenó a la policía dejar de atender las labores de rescate para concentrarse en el mantenimiento del orden.
La situación es tan grave que el presidente George W Bush dijo que habrá «tolerancia cero» para quienes violen la ley en las áreas devastadas por el huracán.
El alcalde Nagin lanzó un «S.O.S desesperado» por las cerca de 20.000 personas que se encuentran refugiadas en el centro de convenciones de la ciudad.
En un comunicado, Nagin advirtió que los suministros de agua y alimentos se estaban agotando y que las condiciones allí han dejado de ser sanitarias y seguras.
Uno de los principales problemas es que los medios de transporte no alcanzan para tanta gente.
Decenas de helicópteros trasladan continuamente a personas desde los techos de las casas de las zonas inundadas hacia la autopista I-90, no hay suficientes autobuses para llevarlos a otras partes.
Muchas personas han estado más de 24 horas a la intemperie, esperando que los autobuses lleguen a recogerlos.
La gente está siendo trasladada desde Nueva Orleans hasta Baton Rouge, la capital del estado de Louisiana, ubicada a unos cien kilómetros al norte.
Desde allí están siendo distribuidos, algunos a refugios locales y otros a Houston, Texas, donde ha sido habilitado el estadio Astrodome del equipo de béisbol local.
Mientras tanto, en Nueva Orleans se ven pequeños grupos de personas vagando por todas partes, sin rumbo fijo.
La principal preocupación de los responsables de Salud del Gobierno federal, es la posibilidad de que surjan brotes epidémicos.
La concentración de aguas en el área de Nueva Orleans, así como en todas las zonas afectadas de Mississippi y Alabama, hace prever que se empiecen a descomponer cadáveres.
La situación que puede provocar es de situación extrema.
La evacuación de las más de 80.000 personas que desde hace tres días se encuentran desamparadas en la ciudad de Nueva Orleans se está convirtiendo en una auténtica pesadilla.
La necesidad de salir de la ciudad se hace insostenible. Sin agua potable, ni alimentos y con la gente durmiendo en el suelo.
Katrina, que ha asolado principalmente a los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama, se perfila como uno de los peores desastres naturales en la historia reciente de EEUU.
Las imágenes muestran a damnificados cada vez más frustrados por la lentitud en los esfuerzos de evacuación.