Rayos, truenos... y sidrina

Desde las 12.00 del mediodía, miles de estudiantes de las facultades de León e incluso de otras provincias aledañas se dieron cita ayer en la Escuela Superior y Técnica de Ingenieria Agraria para celebrar la tradicional espicha en honor a su patrón San Isidro Labrador. La lluvia no pudo con los jóvenes que bailaban al son de la música y escanciaban sidra sin cesar por todos los rincones del recinto. Más de mil litros de cerveza y 2000 botellas de sidra se encargaron de saciar la sed en un día dedicado exclusivamente a la diversión y a disfrutar de la que se considera una de las fiestas universitarias más emblemáticas de la ciudad, además de la última del año lectivo. Entre risas y bromas la noche fue cayendo y lejos de decaer la fiesta continuó hasta que les dieron «el toque» para poner fin «a tanto cachondeo». Los profesores, catedráticos y demás personal universitario de la escuela, celebraron su particular fiesta en dependencias ubicadas en el interior del edificio resguardados de la lluvia y de tanta música y folclore. Muchos jóvenes optaron por el botellón -que ya no hay fiesta que se precie sin él- y a última hora, más bien muchos que pocos, abandonaban sus agotados cuerpos en un césped húmedo pero sin duda reparador. A buen seguro quemaban los últimos cartuchos antes de enfrentarse a la temida época de exámenes que se avecina. la Universidad ha colaborado en las labores de organización y el dinero obtenido por la venta de bebidas se destinará al viaje de fin de carrera aunque aún desconocen el destino, «habrá que esperar y ver lo que sacamos» manifestaba entre risas uno de los organizadores. Esta tradición se remonta a los inicios de la creación de la escuela debido a la gran cantidad de alumnos asturianos que acudían y acuden a ella, ya que la espicha es uno de los máximos representantes de la cultura e idiosincrasia del pueblo asturiano. El nombre procede de un artilugio formado por un palito fino con un grifo que se introduce en un tonel de sidra en este caso, para poder probar su contenido. La sidra, la cerveza, el vino, el ambiente festivo, las risas y bromas fueron la tónica general a lo largo de toda la jornada, que no estuvo exenta de pequeños sustos derivados de la ingesta «un poco descontrolada» en algunos casos de los variopintos caldos que animaron el cotarro. Seguro que el patrono de los agricultores, santo muy apreciado en toda España, disfrutó al ver a tanto joven degustar y gozar de los elixires que ofrece la tierra.