La aportación estatal no supera el 30% del gasto total
La aportación del Estado al mantenimiento económico de la Iglesia, ya sea a través de la aportación del IRPF o a través del complemento presupuestario, no alcanza el 30% de su gasto total, según todos los datos recabados. El Vaticano nunca pensó que el objetivo de la autofinanciación fuera tan difícil de alcanzar cuando firmó los acuerdos con España, pero la decepción llegó pronto. En 1988, el primer año del 0,5% en la Renta, sólo el 32% de los contribuyentes expresó su deseo de desviar a la Iglesia su dinero. Ese año el Estado tuvo que aportar 4.000 millones de las antiguas pesetas para sufragar su mantenimiento, pero la cosa fue a peor cuando se dio la opción de elegir a los contribuyentes entre la Iglesia y otros fines sociales en su declaración de la Renta. Nueve años después, en 1997, la Iglesia sólo recaudó por el 0,5% 14.000 millones de pesetas y la aportación del Estado tuvo que subir a 6.000 millones.