Pide retrasar su ejecución para poder donar el hígado a su hermana

La ley o la vida. Éste es el debate que ha generado el caso de Gregory Scott, un condenado a muerte de 40 años que ha pedido retrasar su ejecución para poder donar su hígado a su hermana enferma. El pasado lunes las autoridades penitenciarias de Michigan, en Estados Unidos, escuchaban los argumentos del reo que fue sentenciado a la inyección letal después de matar a golpes a una anciana de 82 años en 1985. «Mi hermana está enferma, ella necesita mi hígado, ella es más importante que mi vida», declaró Scott en su comparecencia. Gregory, que tiene fechada su ejecución para el 25 de mayo, apeló a la humanidad del gobernador de Indianápolis para que pospusiese su ejecución hasta el trasplante de órgano. Sin embargo, Scott todavía debe demostrar en una audiencia posterior que realmente se necesita su hígado para salvar la vida de su hermana. Para ello una experta médica presentará las pruebas el próximo viernes con las que se tratará de determinar si ambos cuerpos son compatibles y si realmente es necesario que Gregory Scott permanezca con vida para llevar a cabo la operación.