El cambio climático ha destruido en el invierno el 50% de la capa de ozono

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cambridge ha revelado que la capa de ozono alcanzó este invierno los niveles más bajos registrados desde hace cuatro décadas. Según han afirmado, la reducción se ha debido a las bajas temperaturas en la estratosfera registradas durante esos meses, que han acelerado las reacciones químicas por las que los compuestos clorados destruyen el ozono. Indicaron, asimismo, que el enfriamiento puede tener su origen, no en un aumento de la polución, sino que se trataría de un efecto derivado del cambio climático que ha provocado que en las capas más altas haya desaparecido hasta el 50% de la capa protectora. Los primeros síntomas de la reducción de ozono se conocieron el pasado mes de enero y, a medida que la luz solar alcanzaba la latitud norte (febrero y marzo) iba en aumento la pérdida de ozono, alcanzándose una media del 30%. Para establecer la relación entre esta reducción y el cambio climático la UE ha destinado 16 millones de euros en un proyecto con el que se pretende descifrar esa conexión. Aunque desde la firma del convenio de Montreal han dejado de utilizarse los clorofluorurocarbonos y otros agentes químicos que destruyen la capa de ozono, lo cierto es que estos compuestos tienen una vida muy larga y pasarán al menos 50 años antes de que se reduzca su concentración en la estratosfera. Por otra parte, el incremento de los gases de efecto invernadero provoca que el aire esté más caliente en las capas bajas de la atmósfera y se enfríe en las más altas. La consecuencia es la formación de nubes de hielo allí donde está la protección de ozono (entre 15 y 26 kilómetros de altura). Según los científicos, cuando en el pasado mes de marzo la pérdida de la capa de ozono alcanzó su máximo nivel, las masas frías de aire procedente del Ártico alcanzaron gran parte del continente europeo aumentando la radiación ultravioleta y los riesgos que lleva consigo. Hay que recordar que la capa de ozono protege a los seres vivos de los rayos ultravioleta procedentes del Sol. Si esta capa se reduce aumentan los riesgos de padecer cáncer de piel, cataratas, alergias y otras enfermedades relacionadas con la luz solar.