Diario de León

Gente de aquí | Una vida de película

El final de una leyenda

«El bandolero de Omaña» fue detenido el pasado martes por la Guardia Civil en Rivas de la Valduerna. Así termina la historia de una vida errante y delictiva

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Patricia Rovirosa - león
León

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La Guardia Civil de León ha detenido al bandolero conocido como «El Cañueto», el pasado martes a las 21.30 horas, así terminan las andanzas de este peculiar personaje que trae en jaque a toda la Benemérita desde que escapara de Cádiz aprovechando un permiso carcelario en 1999. Previsiblemente pasará a disposición judicial en las próximas horas. Un agente fuera de servicio, del puesto de la Guardia Civil de La Bañeza, se topó con él por casualidad mientras paseaba con sus perros por la ribera del río Duerna en la localidad de Rivas de la Valduerna. «El Cañueto» al ser descubierto por los canes hizo ademán de emprender la huida, aspecto que no pasó desapercibido al agente que enseguida se acercó a él para interesarse por su persona y si necesitaba algo; al momento se percató de una deficiencia física que todos los agentes conocen, la falta de tres dedos que intentaba disimular a toda costa. Durante una conversación banal y entrecortada «El Cañueto» le comentó que era pastor itinerante y que no tenía trabajo. Ya era suficiente, su identidad estaba clara. El cazador cazado, un avispado guardia en el lugar y la hora oportuna. «Si buscas trabajo yo te puedo ayudar», una corta llamada a «un familiar», que no era otro que el Puesto de la Guardia Civil de La Bañeza, puso fin a su estilo de vida bandolera. Varias patrullas de la zona se presentaron en el lugar y el legendario Cañueto fue detenido sin oponer resistencia. Parece una película, pero es que casi siempre la realidad es una película sin guión previo. En el momento de su detención le fue requisada una mugrienta mochila, en la que portaba un revólver, 1.215 euros en metálico, 43 dólares, un reloj y tres anillos, así como los prismáticos con los que dominaba la zona de Omaña, la Cepeda, Astorga y el noroeste de Palencia; tres linternas y un pasamontañas negro. La Benemérita sigue sus pasos desde el año 2001, con motivo de la alarma social que había generado con sus robos. «El Cañueto», comenzó su periplo por los montes cuando huyó de Cádiz, decidió entonces volver a su tierra natal, atravesó las espesuras de la península y se quedó a vivir en ellas. Su historial de delitos es amplio, en León se le acusa de 55 delitos contra el patrimonio y tenencia ilícita de armas. También actuó en Palencia. Nunca ha matado a nadie, sus robos se nutren de comida, ropa, mantas... algún dinero y joyas que a día de hoy aun no están cuantificadas. «El Cañueto» ha vivido en los montes los últimos cinco años, con sus prismáticos dominaba los valles y decidía cuando realizaba los hurtos. Errante y primitivo había sorteado hasta ahora su captura. A buen seguro conocía el olor de los lobos, el mordisco del frío y los refugios más recónditos de las entrañas de las montaña. La necesidad de pitanza para sobrevivir le obligó en no pocas ocasiones a agenciarse de salchichones, chorizos y demás viandas con las que saciar el hambre.

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