LITURGIA DOMINICAL
En la fiesta del Corpus
EL PAPA Juan Pablo II nos invitó a dedicar este año a la meditación y celebración del misterio de la Eucaristía. Para ello nos dirigió una carta que lleva por título «Quédate con nosotros». Esas palabras nos recuerdan aquellas otras con que los discípulos que caminaban a Emaús invitaron a Jesús a compartir su cena. Este domingo, en que celebramos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, es muy significativo para León. Culmina el Congreso Eucarístico con el que nuestra diócesis ha querido venerar este sacramento admirable. En él se recuerda la memoria de Cristo. De él brota la vida de la Iglesia. Por él anunciamos nuestras mejores esperanzas de futuro. En este día hacemos nuestra aquella invitación de los discípulos que reconocieron a Jesús «al partir el pan» y la repetimos en humilde y sincera plegaria. Quédate con nosotros ¿ Cuando nos parezca que se han muerto las antiguas esperanzas y que nada puede dar sentido a nuestra vida, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando no encontremos razones para seguir manteniendo los lazos que nos unían a nuestra comunidad, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando veamos a la Iglesia perseguida y humillada por los que no pueden aceptarla como Madre y Maestra, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando nuestro egoísmo nos invite a vivir para nosotros mismos, decididos a no compartir el pan con los demás, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando nuestra ceguera nos impida descubrir tu presencia en tu palabra que da vida y en la vida que dicta nuestras palabras, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando se desvanezca la memoria de tu paso compasivo entre los pobres, los enfermos y humillados de este mundo, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando sintamos la tentación de olvidar tu mensaje que nos revelaba el amor de Dios y nos pedía amar a sus hijos, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando no sintamos hambre y sed de Ti y nuestra hartura nos lleve a ignorar el hambre de nuestros hermanos, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando la celebración de la Eucaristía se nos convierte en rutina o en un simple rito social, - Quédate con nosotros, Señor. ¿ Cuando termine el itinerario de nuestra vida terrena y se aproxime la hora de despedirnos de este mundo amado por Dios, - Quédate con nosotros, Señor.