Cosas de aquí | Fervor en Ponferrada
Pétalos de rosas en el Corpus
Las alfombras de flores decoraron la basílica de la Encina de Ponferrada por la festividad. La celebración en Villafranca recuperó este año esa tradición, que estaba perdida en el olvido
La entrada de la basílica de la Encina de Ponferrada se pintó a yer de rosa para rendir homenaje a la celebración del Corpus Christi. Una alfombra de pétalos de rosa dibujaba la fachada del Castillo de los Templarios, acompañado de motivos que recuerdan el pasado, presente y futuro peregrino que tiene la capital del Bierzo, como la concha del Camino de Santiago, acompañada por su tradicional bastón. Hacia las 13.00 horas del mediodía, tras la celebración de la misa mayor, una gran multitud de personas acompañaban al paso en el que se transportaba el Cuerpo de Cristo. La procesión lo acompañaba por las calles aledañas a la basílica. Cuatro pendones encabezaban el recorrido, marcando la altura de la celebración. Detrás, con un papel protagonista, alrededor de veinticinco niños y niñas que acababan de recibir por primera vez la comunión, caminaban con sus cestas llenas de pétalos de rosas. Y despúes de todos ellos, con paso lento caminaban los cofrades y mayordomos de dos de las cofradías de Ponferrada: la conocida como «la de arriba», la de Jesús Nazareno, con sus atuendos blancos y rojos, y la «de abajo», la de Jesús Nazareno del Silencio. Los cofrades acompañaban a un paso cubierto de flores blancas en el que, en la posición más alta, los ponferradinos que allí se acercaron, que eran muchos, podían presenciar el símbolo con el que la Iglesia representa el cuerpo de Jesucristo. Las calles por las que trancurrió la procesión mostraban sus mejores galas para la ocasión. Los balcones estaban engalanados con banderas españolas y sábanas blancas y hasta algún vecino se animó a lanzar más pétalos de rosas desde los mismos al paso de la comitiva. Pero no sólo Ponferrada celebró la festividad del Corpus con alfombras de flores, en Villafranca, tras años de tradición perdida, un grupo de vecinos dirigidos por Ramón Veigas. La famosa Calle del Agua de la villa del Burbia recupera por lo tanto, el aspecto que antaño presentaba por estas fechas. Por la tarde, a las 19.00 horas, los vecinos acudieron a la misa y acompañaron después al cuerpo de Cristo en procesión. En Fabero los actos litúrgicos fueron también los que centraron el último día de las fiestas. A las 12.30 horas se ofició la misa en la iglesia de San Nicolás y a continuación se realizó la procesión que transcurrió desde la iglesia vieja a la nueva. Por la tarde tuvo lugar un concurso de pintura rápida en el que doce pintores expusieron sus obras en el centro polifuncional.