La precipitación afectó al Órbigo, Montejos y a los cultivos de cereales

El aguacero tormentoso remitió tras un cuarto de hora de descarga de precipitación en forma de lluvia y piedra, y perdió intensidad a medida que la tormenta avanzaba hacia el este. Los efectos aparecieron devastadores en varias localidades de la ribera del Órbigo, o al oeste de la carretera Nacional 120, como Montejos del Camino. En las calles de todos estos pueblos se pudo observar la misma estampa a partir de la tormenta: montones de granizo en las calles y montones sobre los cultivos hortícolas que en esta época del año se cuidan en los huertos leoneses. El balance de los efectos de tormenta incluye entre la lista de damnificados los cultivos de cereal temprano que se da por la zona donde más afectó la tormenta, en las tierras de tránsito desde León hacia el Órbigo, y las comarcas del este de la ciudad. Los agricultores confían en que la localización de la nube aminore los efectos que en otro caso hubieran sido más extendidos. No obstante, se espera que los daños afecten directamente a la cosecha de grano que hasta la fecha, y al contrario de otras provincias españolas, se había salvado del daño de la sequía. Los montones de pedrisco que se acumularon el calles y carreteras dan una idea del daño que la tormenta pudo causar sobre los sembrados que están a punto de espigar. Una tormenta de corte similar descargó a mediados de mayo en la zona de Valdevimbre con efectos nefastos para la cosecha de cereales. El parte de incidencias del campo leonés estaba protagonizado esta campaña por las heladas que, entrada la primavera, obligaron a resembrar cientos de hectáreas de remolacha en las vegas del Esla y el Órbigo, además de los efectos catastróficas que la bajada de temperaturas acarreó para los productores de fruta en toda la comarca del Bierzo.