Hay investigadores que defienden las ventajas de las células madre extraídas de adultos
Células procedentes de embriones o de adultos, un dilema irresuelto
Las ventajas de la técnica serán impresionantes, la cuestión está en el origen de las células
El gran avance de la utilización terapéutica de las células madre sigue suscitando -como muchos avances científicos en sus primeros momentos- una notable controversia social, o para ser más exactos, una controversia entre los gobernantes de diferentes ideologías u opiniones a este respecto, ya que es casi seguro que una encuesta demostraría que a nivel social este tipo de terapias, que podrán corregir enfermedades tan graves como las neurodegenerativas, infartos, restaurar órganos que no funcionan y un largo etcétera, cuenta con un mayoritario apoyo. La diferencia en este caso es que las células madre pueden ser obtenidas de embriones o de adultos. La puesta en marcha de los trasplantes ha supuesto una revolución médica de muy importantes consecuencias de la que ya se benefician muchísimos miles de personas. No obstante, esta fórmula de recuperar las funciones de órganos vitales deteriorados sin posibilidad de recuperación plantea una serie de desventajas, entre las que se encuentran la escasez de donaciones y el posible rechazo. La nueva técnica de las células madre permitirá regenerar esos órganos de la misma forma en la que lo haría el cuerpo si pudiera, es decir, renovando las poblaciones celulares muertas o deterioradas por células nuevas y en perfecto estado. Tipos de células madre Las células madre pueden ser de dos tipos. Las células madre embrionarias derivan de la masa celular interna del embrión en estadio de blastocisto (7-14 días), y son capaces de generar cualquier tipo celular del cuerpo, son células que se denominan pluripotenciales. De estas células se derivarán, tras muchas divisiones celulares, el otro tipo de células, la células madre organoespecíficas, células multipotenciales, capaces de originar las células de un órgano concreto en el embrión y en el adulto. Un ejemplo de células madre organoespecíficas es el de las células de la médula ósea, capaces de generar todos los tipos celulares de la sangre y del sistema inmune. Pero estas células madre existen en muchos más órganos del cuerpo humano, y los científicos ya han aislado células madre de adulto de la piel, grasa subcutánea, músculo cardíaco y esquelético, cerebro, retina, etcétera. En la actualidad ya se han conseguido cultivar estas células in vitro utilizándolas para la reparación de tejidos dañados. No obstante, esta técnica está en sus inicios. Hasta hace poco tiempo se creía que estas células madre órgano específicas tenían limitadas sus posibilidades a generar sólo células especializadas y diferenciadas del tejido donde se encuentran, es decir, habrían perdido la capacidad de dar lugar a otras estirpes celulares de cuerpo. No obstante, algunos científicos han modificado esta idea al afirmar que estas células madre multipotenciales, organoespecíficas, podían reprogramarse pudiendo diferenciarse en células y tejidos de otras localizaciones y estirpes distintas (es decir, se convertirían en células pluripotenciales, como las del embrión). En este caso no existirían diferencias entre las células madre embrionarias y las de adulto. Esta posibilidad modificaría los criterios y razonamientos en torno al debate sobre la utilización de células madre embrionarias.