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Águilas, buitres, cigüeñas y aves acuáticas y esteparias son las especies más afectadas

Más de 30.000 aves mueren cada año en España al rozar cables eléctricos47,7 millones para la implantación delSistema de Información Hidrológica

Grupos ecologistas piden una normativa estatal para reducir al mínimo este tipo de accidente

Publicado por
T. Fernández T. Gómez - león león
León

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A pesar de que las compañías eléctricas tratan de poner los medios para remediarlo, los cálculos más optimistas apuntan a que cada año mueren en España más de 30.000 aves electrocutadas o por colisionar contra los tendidos eléctricos, lo que se convierte, junto al uso de cebos envenenados, en la primera causa de mortalidad de la avifauna. Así se afirma desde las organizaciones ecologistas que reclaman una normativa estatal que obligue a las eléctricas a adoptar medidas que reduzcan al mínimo estos accidentes, especialmente en los «puntos negros», a reparar los tendidos más peligrosos y que los de nueva construcción pasen un estudio de impacto ambiental. La mayoría de las especies de aves amenazadas por este problema están en peligro de extinción y los planes de recuperación recogen desde hace años como medida urgente la remodelación de las torretas y la señalización de los cableados en las líneas más peligrosas. La colisión se registra sobretodo en las zonas de paso preferente para las aves, por ser acceso a lagunas, humedales o vertederos. Los choques tienen lugar principalmente en las horas del crepúsculo, aunque la presencia de niebla o lluvia aumentan la cantidad de incidentes. En Castilla y León, las provincias de Ávila y Segovia son las de mayor riesgo para el águila imperial ibérica y el buitre negro. En Burgos, Salamanca, Soria y Zamora, las más afectadas son buitre leonado y águila real y perdicera. En Burgos, Palencia y Soria se han detectado colisiones de grullas, cigüeñas y aves acuáticas, mientras que en zonas del norte de Ávila y Salamanca, sur de Zamora y Valladolid, las aves esteparias son las más perjudicadas, especialmente la avutarda. Desde Red Eléctrica Española, la compañía que distribuye la electricidad de alta tensión y que cuenta con cerca de 30.000 kilómetros de tendidos, se afirma que se han señalizado unos 600 kilómetros de cables, ubicados en los puntos negros de la red, con unas espirales de plástico de colores fluorescentes que simulan aves en vuelo. Actualmente, la empresa trabaja en colaboración con la Estación Biológica de Doñana en distintos modelos señalizadores que lanzan reflejos metálicos. Distintas soluciones Según los ecologistas, aún queda mucho por hacer, especialmente en las líneas de media y baja tensión, que controlan el resto de las compañías eléctricas. En este sentido, Iberdrola viene instalando en Castilla y León distintos sistemas para evitar las colisiones y electrocución de las aves contra los tendidos. Así, se colocan balizas señalizadoras fabricadas con cintas de neopreno que aumentan la visibilidad de los cables evitando los choques, no sólo a las aves, también a las alas delta, helicópteros o avionetas. En cuanto a la electrocución, suele producirse en los momentos de aproximación o despegue del ave al poner en contacto a través del cuerpo o las alas, dos fases o una fase y tierra. Para evitarlo, se aíslan con cinta termoretráctil las estructuras y los cables en las zonas próximas de apoyo y se amplía la distancia entre los mismos. Con el fin de paliar el peligro que supone la existencia de nidos (de cigüeña principalmente) sobre las torretas, que pueden pesar varios cientos de kilos y tener un diámetro de más de 2 metros, se modifican los apoyos para que no coloquen los nidos y se instalan en las proximidades postes alternativos. El Ministerio de Medio Ambiente ha adjudicado por un importe de 47.729.256 euros las obras para la implantación del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) en la Cuenca del Duero. El SAIH es un sistema de información en tiempo real, capaz de captar las variables hidrológicas e hidráulicas, así como del estado de la infraestructura hidráulica, para procesarlas y transmitirlas al centro de decisiones ofreciendo un conocimiento sobre el comportamiento del río y facilitando la actuación tanto en episodios de inundaciones como de sequías. De esta forma, se pretende optimizar la gestión de los recursos hídricos y prevenir las avenidas conociendo con la mayor antelación posible la magnitud y evolución de estos episodios extraordinarios. Además, representa una contribución adicional a la defensa y conservación del medio ambiente porque, en su función de obtención, transmisión y proceso de información no emplea elementos que impliquen ningún tipo de agresión al medio y, en especial, a los ecosistemas fluviales. Por otra parte, la información que proporciona facilita la gestión medioambiental al supervisar procesos relacionados con el mantenimiento de los caudales ecológicos sin olvidar las medidas adoptadas con relación al ahorro y la eficiencia en la utilización del agua. La red estará formada por un Centro de Cuenca, puntos de control y centros de presentación de datos, utilizándose 84 pluviómetros, 13 nivómetros, 97 estaciones de aforo, 16 marcos de control y 45 estaciones de aforo en canal, en 27 embalses. Se instalarán, además, sensores para la medida de parámetros como, niveles de agua, caudal circulante en tuberías forzadas, velocidad del agua en los canales, medida de las posiciones en las compuertas, medidas de precipitaciones líquidas y sólidas, o de temperatura. Por último, en las presas de Aguilar, Santa Teresa y Úzquiza se instalarán detectores de intrusismo y presencia de agua, así como, un sistema de vídeo, en cada una de ellas.

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