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| Reportaje | Mejorar el diagnóstico |

Ver lo invisible

Las ondas teraherzianas permiten mejorar la resolución de las imágenes en medicina, nutrición, climatología o arqueología

Publicado por
A. Álvarez - león
León

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Los científicos están desarrollando una combinación de luz teraherciana y resonancia magnética para aplicaciones médicas e industriales. Las ondas teraherzianas (THz), con una frecuencia de más de un billón de ciclos por segundo, que permiten ampliar el espectro electromagnético más allá de las microondas y de las ondas infrarrojas (IR), desde 300 GHz hasta 30 THz, van a permitir a los científicos «ver» lo que es imposible con otros sensores. Las aplicaciones de las imágenes teraherzianas van desde la detección de tumores y el cuidado de la dentadura hasta las sondas atmosféricas, la seguridad alimentaria y la arqueología. Las ondas teraherzianas se pueden generar iluminando un semiconductor de cristal de una forma conveniente con impulsos de rayos láser visibles. Esa técnica se puede aplicar al diagnóstico de enfermedades e inspección de alimentos. El objetivo de los investigadores es demostrar las ventajas de dichas ondas en combinación con la resonancia magnética. Conectando en cascada diversos aparatos cuánticos, esperan que la producción de ondas THz mediante aparatos que mezclan las frecuencias y generan campos magnéticos superficiales, pueda dar lugar a fuentes de ondas THz portátiles y asequibles. Contaminación y úlceras Edmund Linfield de la universidad de Cambridge explica que un aparato portátil de ondas THz se podría utilizar en cualquier lugar para analizar la contaminación atmosférica o las emisiones de productos químicos. En la medicina se podría utilizar para analizar las moléculas existentes en el aliento del paciente, de modo que se detectarían las que indican la existencia de úlceras. La radiaciones THz presentan dos notables propiedades. Primero, que la transparencia de muchos materiales corrientes a esa gama de frecuencias permitiría obtener imágenes de la piel, los dientes y otros tejidos. Segundo, que como muchas moléculas presentan signaturas características en el espectro THz, serían ideales para detectar contaminantes procedentes de la combustión e incluso explosivos ocultos. La técnica es tan sensible que incluso permitiría examinar tejidos blandos para detectar la presencia de células cancerosas u obtener imágenes de las páginas interiores de libros antiguos sin correr el riesgo de que se estropearan. Identificando los materiales componentes de los tejidos mediante sus patrones de absorción, se podría obtener una signatura característica de cada uno de ellos mediante lo que se conoce ya como «imagen por impulsos terahercianos».

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