La Amazonia sufrió el año pasado la mayor degradación forestal
Las fotografías tomadas desde un satélite por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Buenos Aires muestran cómo aumenta la degradación de la Amazonia calculándose que sólo en el año 2004 los propietarios de tierras, agricultores de soja y madereros quemaron y cortaron de forma ilegal 26.000 kilómetros cuadrados de bosque, un 6% más que el año anterior, y cantidad muy similar a la registrada en 1994 cuando desaparecieron 29.000 kilómetros cuadrados. Según reconoce el Gobierno brasileño, el área devastada supera ya los 680.000 kilómetros cuadrados, equivalente a la superficie de Francia y Portugal juntas, lo que supone el 18% de los bosques primarios. El Instituto Brasileño de Medio Ambiente ha acusado a las industrias siderúrgicas que operan en el estado de Pará de ser responsables de esta situación ya que calculan que las acerías talan diariamente 120.000 árboles para producir carbón vegetal que emplean posteriormente en el proceso productivo. Este organismo afirma que el 80% del carbón vegetal que abastece a las industrias de hierro fundido se saca ilegalmente de la selva. Actualmente, Brasil es el principal productor de acero de América Latina, con cerca de 32 millones de toneladas al año. Por su parte, Greenpeace ha denunciado que casi la mitad del total devastado, 12.576 kilómetros cuadrados, se ha producido en el Mato Grosso por el mayor productor particular de soja del mundo. La organización ecologista también ha criticado el papel que juega el mercado español en la destrucción de la Amazonia al importar madera y soja procedente de regiones asoladas por la deforestación y la tala ilegal. Según sus responsables, Brasil es, después de Argentina, el segundo exportador de soja a España, con 1,8 millones de toneladas el año 2002. Igualmente, es el segundo proveedor de madera tropical aserrada para la industria maderera calculándose que en el año 2003 nuestro país importó 129.000 metros cúbicos procedentes en su mayor parte del estado amazónico de Pará. El 80% de esa madera fue cortado de forma ilegal, según se afirma desde la Agencia de Protección Ambiental de Brasil. Todos estos atentados supusieron para la Amazonia la degradación forestal más importante de su historia.