La anchoa del Cantábrico corre el serio riesgo de extinguirse
La anchoa del Cantábrico corre el riesgo de desaparecer según se desprende de las conclusiones de un estudio realizado por científicos del Instituto Español de Oceanografía. Para tratar de evitar su extinción, el Gobierno autonómico vasco ha solicitado que la UE cierre durante este año las pesquerías de todas las flotas y que no se vuelvan a abrir hasta que se compruebe la recuperación de la especie. Según han afirmado los investigadores, que en la actualidad están analizando los huevos de anchoa en el Golfo de Vizcaya, la biomasa está muy por debajo del considerado como nivel límite establecido en 21.000 toneladas, lo que supone un elevado riesgo de desaparición, por lo que también se muestran favorables al cierre de la pesquería hasta que se garantice su sostenibilidad. La sobreexplotación, lo reducido de la zona pesquera (entre el Golfo de Vizcaya y el norte de Francia) y la modificación de una serie de parámetros ambientales como temperatura y salinidad del agua, o el viento (que dispersa el alimento), ponen en peligro su supervivencia. Desde el año 2001 se ha detectado una reducción de los ejemplares que sobreviven y, además, como la especie tiene un ciclo vital de unos cuatro años, se ha producido una drástica reducción tanto del número de ejemplares como de la actividad reproductora. La situación se complica porque, según el acuerdo de Arcachon, España debe ceder a Francia una cuota de 9.000 toneladas de anchoa a cambio de otras especies y de que nuestro país faene sólo entre abril y junio, lo que significa que desde el pasado día 1 los franceses han comenzado la temporada de pesca de esta especie. La situación por la que atraviesa la anchoa no deja lugar a dudas y, en la actualidad, existe un elevado riesgo de colapso o desaparición. Si hace cuarenta años se pescaban 80.000 toneladas anuales, en la década de 1990 la cifra descendió a unas 30.000, y en los tres últimos años apenas se pescaron 10.000 toneladas. Cuando el pasado mes de mayo concluyó la temporada de este año, los pescadores españoles capturaron menos de 200 toneladas.