El Gobierno asegura que respeta la postura de los manifestantes
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, mostró ayer el «absoluto respeto» del Ejecutivo a quienes se manifiesten el día 18 de junio contra los matrimonios homosexuales, y, sin comentar el apoyo de la Conferencia Episcopal a la protesta, reiteró que la ley no daña a nadie. Tras el anuncio de la Conferencia Episcopal, la Federación que agrupa a las principales asociaciones de gays y lesbianas acusó a los obispos de convertirse en la «Inquisición del Siglo XXI», mientras que los convocantes de la protesta, el Foro de la Familia, expresaron su satisfacción por el respaldo de una institución de «alta autoridad moral». Fuentes del PP remitieron ayer a la reunión que celebrará el lunes la dirección nacional de este partido, donde podría decidir si apoya o no la convocatoria, aunque varios diputados y senadores ya han anunciado que acudirán a título personal a esta marcha, que recorrerá la calle Alcalá desde la plaza de Cibeles a la Puerta del Sol. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Fernández de la Vega destacó que la mayoría de la sociedad está a favor de permitir esos matrimonios y subrayó que la ley, cuya aprobación se prevé para finales de este mes, sólo pretende «reconocer unos derechos a quien no los tiene y no produce perjuicio ni daño alguno a nadie». Respeto a las discrepancias Desde el convencimiento de que la ley «no interfiere en la vida de quien no vaya a ejercer ese derecho», la también portavoz aseguró que el Gobierno admite que haya discrepancias y las respeta. Sin embargo, para la Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (Felgt) las posiciones a favor y en contra del matrimonio entre homosexuales no son equiparables, ya que mientras unos «quieren imponer, por la vía de la prohibición, un modelo de familia, nosotros no impondremos nunca nuestros modelos de convivencia a los católicos». En un comunicado, el secretario de organización de la Felgt, Ximo Cádiz, consideró ayer que la Conferencia Episcopal, con su discurso «represor y excluyente» ante los homosexuales y al apoyar la manifestación convocada por el Foro Español de la Familia, se ha convertido en «una auténtica Inquisición del siglo XXI». Los convocantes de la manifestación de la próxima semana mostraron su satisfacción por el apoyo recibido por la Conferencia Episcopal.