Cerrar

| Análisis | Algunas razones del acuerdo |

Generosidad interesada

Publicado por
Javier Fernández Arribas - londres
León

Creado:

Actualizado:

África puede respirar y los ricos, también. No es únicamente pura generosidad lo que ha llevado a Estados Unidos y al Reino Unido a liderar la iniciativa de condonar 17.000 millones de dólares de deuda multilateral externa a 17 países africanos y a Bolivia, Nicaragua y Honduras. En la situación internacional actual, hay que evitar los argumentos que acusan a los más ricos de explotar a los más pobres. No es casual que se haya incluido a Bolivia en este paquete como gesto de respaldo a la estabilidad económica y balón de oxígeno al nuevo presidente para que el proceso hasta la celebración de nuevas elecciones sea lo más pacífico posible. Y, sobre todo, como medida para poder mejorar el nivel de vida miserable de miles de bolivianos para que no se dejen arrastrar por la corriente revolucionaria que exige la nacionalización de los recursos energéticos y que ha provocado la dimisión del presidente Carlos Mesa, como hizo hace tres años con Gonzalo Sánchez de Lozada. La problemática es muy compleja porque se mezclan las reivindicaciones indígenas que luchan por su identidad y derechos marginados, los pobres de las alturas frente a los ricos de la meseta y la comercialización del gas, la ineficacia y corrupción de los partidos tradicionales y la mano desestabilizadora de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, que está liderando y financiando este tipo de movimientos revolucionarios contrarios a la cultura dominante y a la influencia de Estados Unidos y, no nos engañemos, de las multinacionales españolas. Erradicar la pobreza La condonación de la deuda tiene como condición que estos países pongan en marcha programas para erradicar la pobreza. Cada país del G-7 más Rusia, los más desarrollados del planeta, intentan preservar que esta decisión también refuerce su influencia y no sólo beneficie los intereses norteamericanos y británicos. Por eso, Alemania pide que se analice caso por caso, y Francia y Japón, sugieren que se incremente el número de beneficiarios. La cruda realidad de siempre es que los gobiernos de cada uno de los países pobres, cuya deuda es condonada, utilizan para su propio enriquecimiento este dinero y el pueblo continúa con su impenitente miseria. Escuchen los informes de quienes trabajan allí y da igual su simpatía política. En esta ocasión, como casi en todas, la verdad es tan cruda que no admite trincheras.

Cargando contenidos...