Gente de aquí | Torero con ángel CORNADA DE LOBO
Y dijo Curro Romero... De penalty
La capilla de la plaza de toros del Parque luce desde ayer una inscripción en memoria del que fue su principal promotor, el torero Eugenio Morchón, Currito
Hace casi una década Curro Romero pasó por la feria taurina de León. De la actuación del faraón de Camas quedó poco más que la anécdota de su paso por El Parque, pero su herencia fue mucho más fructífera de lo que él mismo podía sospechar. En aquellos años la plaza leonesa daba sus primeros pasos hacia la recuperación, y entre las zonas más depauperadas estaba una lamentable capilla que más que refugio de toreros era penosa radiografía de los años que la tauromaquia local se esforzaba por superar. Curro habla poco, y pausado. Pero a menudo sentencia. «¿Es que en León no tienen patrona?», espetó al buscar el recogimiento de las imágenes y encontrar la cochambre. Aquel comentario dolió de manera especial a otro Curro, Currito, hombre de especial sensibilidad que bien sabía que a los toreros no hay que negarles el remanso del encomendarse a las alturas entre el torbellino de los patios de cuadrillas antes del festejo. Currito, que sabía de miedos, se tomó la rehabilitación de la pequeña capilla taurina como un asunto personal, consiguió que luzca espléndida y no dejó ni una temporada sin flores aquellas pinturas de angelotes que custodian a la Virgen del Camino. Que León sí tiene patrona. Era ya parte de la tarde de festejo ver al torero leonés atusando mantones y ramos a última hora en el rinconcito que hizo suyo. Eugenio Morchón, Currito, dejó de cuidar la capilla el pasado mes de noviembre. Quedó un hueco en la torería local, en el corazón de todos los que le conocieron porque fue un hombre esencialmente bueno. Esta será la primera feria sin aquel Currito que tanto sabía de matar aficiones en fin de semana entre trenes regionales y plazas de mala muerte, mientras se ganaba la vida (también encontró el amor) en la imprenta los días laborables. Ayer un buen número de aficionados, de los de toda la vida, arropó esa capilla y a la familia para dar al rincón al que tanta atención prestó el nombre del torero fallecido. «In memoriam», Currito y la patrona, que no se diga. En nombre del Ayuntamiento, el más aficionado de los concejales, Rafael Pérez Cubero. Su viuda, Ángeles, destapó la inscripción y recogió un trofeo del Club Taurino Leonés. Para la posteridad, el recuerdo. Los hijos del torero también se unieron al homenaje al padre. La frenética actividad de la plaza de toros, con los operarios dando los últimos toques a ruedo, tendidos y dependencias, se detuvo unos minutos ayer a mediodía. En este San Juan Currito seguirá cuidando de la capital del Parque. TAMBIÉN los partidos pueden constituirse en pareja de hecho y, lo más asombroso, pueden casarse sin que hayan de legislarse estos matrimonios o contubernios y sin más ceremonia especial que un barajar en la trastienda, en el secreto, nada de «coram pópuli», que a nadie importa lo que allí se guise. La libertad, el pacto y el pasto son derechos irrenunciables. Me pidieron un pronóstico la víspera de las elecciones gallegas y aventuré lo que estaba escrito hasta en el viento, que habría empate técnico, prórroga de recuentos y que, al final, la cosa iría de penaltis, porque de penalty se tendrán que casar el socialismo gallego con el galleguismo sociata que se acuña en nacionata. Sobre quien de los dos es el preñao tampoco afloran dudas; mira la cara de Touriño. Hay que casarse. La Xunta bien vale una boda. Sobre las capitulaciones matrimoniales y sobre las dotes es de lo que se ha estado discutiendo en la trastienda. Ya está todo acordado: no habrá cura ni abad de Samos que oficie, pero habrá organdí para los bajos, lamé para el corpiño y flores, muchas, ¿será por flores? Yo te floreo y tú me floreas. El Ancho se pondrá en el ojal una de esas hortensias que parecen gorros de baño. A bañarse. Hay piscina. O a ducharse juntos, que hay que ahorrar agua, mientras suena bajo el chorrito el viejo grito rebelde de «Galicia, escucha, el Bloque está en la ducha»... Porque también tiene mucha gracia que aquí comparezca como verdadero triunfador el más perdedor en estos comicios. Paradojas. Al fondo de toda la escena, la cara de Touriño. Tiene parecida arquitectura y gestualidad que la de Ratzinger, pelota redondeada, mismo labio superior inexistente de tanto apretar esfínteres, ojillos de gavilucho astuto, pasito de monja... Touriño tiene cara de jesuíta. dice Piru; y eso será por algo jesuítico de su compostura. Por lo mismo, sacas la cara de Ratzinger de un cartel compostelano, la metes en uno de la campaña socialista y cuadra. Sin embargo, las caras podrán modificar severamente su gesto cuando el lunes se ajuste el recuento final de votos e impere en su quebranto lo del dicho, «al freír será el reír» o «tras plácido domingo, jodío lunes». Cuando Touriño vea que el voto emigrante es morriña y nostalgia de cadenas se le pondrá cara de obispo Gelmírez zurrado por la moraima.