El psiquiatra que dice que ser gay es una patología ha participado en exorcismos
Aquilino Polaino, el psiquiatra que dijo en el Senado que la homosexualidad era una patología, ha participado como perito en dos ceremonias exorcistas. En una conferencia que pronunció sobre Psiquiatría y posesión diabólica , el catedrático reconoció su incapacidad para aportar una explicación psiquiátrica a los casos de dos personas que al parecer estaban dominadas por espíritus malignos. Como conclusión a su disertación, que se puede leer en una web cuyo inspirador y «alma mater» es el sacerdote católico y experto en demonología José Antonio Fortea, Polaina apuesta por el diálogo entre «psiquiatras y pastores». La Fundación Triángulo, que se dedica a defender los derechos de los homosexuales, informó de la existencia del artículo de Polaino, en el que revisa «comportamientos que ocupan un ámbito fronterizo entre la psicopatología y la religión». Endemoniados Los endemoniados que Polaino analizó son los casos de un hombre de 56 años que huyó con una bailarina y el de una joven universitaria que en sus trances mostraba oposición a todo lo que «se refiriese a la piedad y al culto divino». «Los anteriores casos ponen de manifiesto la conveniencia e incluso necesidad de que psiquiatras y sacerdotes estudiemos conjuntamente estos acontecimientos, lo que redundará en beneficio de la psiquiatría y también de la pastoral de estas personas», alega Polaino en su exposición. El primer paciente hablaba en arameo cuando se sumía en estado crítico, a pesar de que a lo largo de su vida no había tenido contacto con ese idioma. «En esas circunstancias, esta persona sabía discernir el significado de las preguntas que se le hacían y de las afirmaciones que en esa misma lengua oía», constata Polaino. Por su parte, la mujer que atendió y que también fue sometida a un ritual para expulsar al demonio padecía «dolores incurables, a pesar de haber visitado a varios especialistas», al tiempo que presentaba «malestar generalizado, fracaso en los estudios, imposibilidad de concentrarse, y se comportaba de forma muy extraña en las sesiones de exorcismo que le estaban practicando».