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Desde 1960, el tráfico de pasajeros se ha incrementado una media del nueve por ciento anual

La UE quiere limitar las emisiones producidas por el tráfico aéreo

Se prevé que, en el año 2020, la flota aérea mundial duplique su tamaño actual

Un vuelo de ida y vuelta Londres-Nueva York produce tanto CO2 como un automóvil en un año

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José Fernández - león
León

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Los últimos estudios realizados concluyen afirmando que la contaminación atmosférica en el seno de la UE es mucho mayor de lo que se pensaba, lo que reduce las expectativas de vida en nueve meses y aumenta la prevalencia de enfermedades respiratorias como la bronquitis o el asma. Para paliar este problema, la Comisión Europea tiene previsto poner en marcha este verano una nueva estrategia global encaminada a mejorar el aire que se respira en Europa. Está previsto que haga referencia por primera vez a la contaminación provocada por el tráfico aéreo porque, según se recoge en un informe elaborado por la UE recogido en la revista «Medio Ambiente para los europeos», el crecimiento económico y el aumento de las compañías aéreas de bajo coste han disparado durante los últimos años este tipo de transporte. Esto ha supuesto que en menos de cinco décadas el tráfico de pasajeros haya aumentado una media del 9% anual, lo que equivale a más de dos veces el aumento del PIB, estando previsto que en el año 2020 la flota aérea mundial duplique su tamaño actual. La Comisión Europea analiza cómo incluir este sector en la estrategia para luchar contra el cambio climático al haberse comprobado que, aunque las emisiones de gases causantes de efecto invernadero han bajado en el seno de la UE un tres por ciento entre 1990 y 2002, las de dióxido de carbono producidas por la aviación mundial se han incrementado en un 70%, llegando a suponer el 12% de las del sector del transporte. A esto hay que añadir que los óxidos de nitrógeno procedentes de los aviones que vuelan a altitud de crucero, además de producir ozono, forman estelas de condensación y nubes en forma de cirros que también contribuyen al cambio climático. A título de ejemplo, un vuelo de ida y vuelta entre Londres y Nueva York produce tanto dióxido de carbono por cada dos pasajeros como un automóvil durante un año. Actuaciones Con el fin de evaluar el grado de concienciación pública ante el efecto que tiene la aviación sobre el medio ambiente, la UE ha realizado una consulta a través de Internet y está recabando la opinión del sector, las ONG y otros colectivos implicados. Además, se estudia la introducción de impuestos sobre el tráfico aéreo, gravámenes en concepto de emisiones o la inclusión de los aviones en el sistema de intercambio de emisiones de la UE. Igualmente, se evalúa la posibilidad de aplicar instrumentos basados en el principio de que cuando mejor se reflejen los precios por costes externos, más consciente serán los usuarios del coste total que supone volar. De esta forma, los fabricantes y las líneas aéreas tendrán mayores incentivos para invertir en tecnologías respetuosas con el ambiente, y los operadores aéreos serán más receptivos a la hora de modificar sus procedimientos de trabajo. La Comisión ha dejado claro que la estrategia europea para luchar contra el cambio climático debe abarcar a todos los gases causantes del efecto invernadero y todos los sectores, incluidos los transportes por aire y mar. El Parlamento Europeo, por su parte, también ha manifestado su preocupación y en el VI Programa de Acción en materia de Medio Ambiente han propuesto la puesta en marcha de actuaciones encaminadas a reducir las emisiones de gases contaminantes de la aviación. Incremento de emisiones Aunque las emisiones de gases causantes de efecto invernadero han bajado en el seno de la UE un tres por ciento entre 1990 y 2002, las de dióxido de carbono producidas por la aviación mundial se han incrementado en un 70%, llegando a suponer el 12% de las del sector del transporte. El crecimiento económico y el aumento de las compañías aéreas de bajo coste han disparado el transporte aéreo