| Entrevista | Carlos Fernández Carriedo |
«El medio ambiente debe de ser unapalanca para nuestro desarrollo»
Después de un año al frente de la Consejería de Medio Ambiente, Fernández Carriedo se plantea objetivos como la gestión integral de los residuos o conseguir la declaración de diez nuevos espacios prote
La primera idea que transmite el consejero es conseguir compatibilizar Kioto y el respeto al medio ambiente con desarrollo económico, el carbón como sector estratégico o infraestructuras hidráulicas. En la entrevista nos desvela cómo conseguirlo. - La primera cuestión que me gustaría abordar es hacer un balance de este primer año al frente de la Consejería de Medio Ambiente. - Realmente el balance es de un equipo no de una sola persona y lo es de una trayectoria, no sólo del periodo en el que yo he estado de consejero, sino de este tiempo de mitad de legislatura, y aunque es cierto que ha habido dos personas que han ocupado la consejería, el presidente es el mismo y, por tanto, la dirección política y los objetivos son los mismos. En este sentido, ha habido varios objetivos en los que estamos muy implicados, desde extender el sistema integral de tratamiento de residuos urbanos a toda Castilla y León, dando pasos decisivos en las provincias en las que faltaba, como es el caso de la inauguración de Centro de Tratamiento de León, y dando impulsos muy importantes o solventando problemas en otras como en Salamanca, etc. También estamos muy involucrados en todo lo que tiene que ver con nuestros espacios naturales, la Red Natura 2000, etc. considerando, en definitiva, al medio ambiente como asiento de la biodiversidad, con sus espacios naturales, las oportunidades de desarrollo del medio ambiente como elemento generador de empleo y riqueza, sin olvidar esa otra cara del medio ambiente referente al debate social en torno a los residuos, a los objetivos de Kioto, etc. Es decir, se trata no sólo del trabajo de las 2.500 personas que trabajan en la consejería sino de toda la sociedad, que cada día que pasa aprecia más el medio ambiente. - En cuanto al tratamiento generalizado de los residuos, ¿qué pasos se están dando y se prevén a corto y medio plazo, y por qué generan, en ocasiones, tantas suspicacias las modernas plantas de tratamiento de residuos? - Muchas veces ese debate social se genera por el propio desconocimiento que algunos tienen interés en que siga manteniéndose, por eso uno de los grandes retos que nosotros hemos tenido en esta legislatura es el de la transparencia, la objetividad, la información sobre este tema. En las tres provincias donde estamos trabajando más intensamente en residuos urbanos hemos procurado que vayan a ver el último, el Centro de Tratamiento de León, que es el más moderno y el que más se parecería al que se instalará en esas provincias, para que las personas de ellas no tengan ninguna duda de que la información que van a recibir es de primera mano. Nuestro objetivo es que en esta legislatura completemos en todas las provincias el sistema de tratamiento de residuos y por tanto es un plan ambicioso. Hemos comenzado la legislatura inaugurando el de León, terminando el de Avila, dando pasos muy importantes en el de Salamanca con la ley que desbloquea Gomecello, y en Palencia y Burgos, donde están en construcción en la capital y en Aranda de Duero. Si las cosas salen como esperamos en esta legislatura es de esperar que contemos con un sistema de tratamiento integral de residuos para toda Castilla y León. - ¿En qué estado se encuentra la recogida selectiva de otros residuos en nuestra Comunidad, tales como papel o vidrio? - Estamos por encima de la media española pero todavía no hemos alcanzado los objetivos que tenemos marcados. En el caso del vidrio nuestra región tiene una tasa de recogida que supera la media nacional ampliamente, tenemos más iglús por habitante que la media española -es cierto que también nuestro mundo rural tiene una gran dispersión que incide en este aspecto- pero también nos hemos planteado un objetivo, que también lo es europeo, de recoger en torno al 60% del vidrio usado de nuestra comunidad. La sensibilización en este sentido es decisiva. Se han hecho campañas para ello y los ciudadanos van entendiendo que esto es positivo para ellos ya que tiene un doble efecto, en la medida en que ese residuo no llega a la planta de tratamiento de residuos es un esfuerzo que no hay que hacer allí, y que la producción de vidrio a partir de vidrio reciclado es mucho más económica desde el punto de vista de consumo energético y, por tanto, medioambientalmente más satisfactoria, más beneficiosa. De hecho, el grado de fusión del vidrio reciclado es mucho más bajo que el que se necesita alcanzar con las materias primas de origen. En definitiva, se entiende cada vez mejor las ventajas de su reciclado y aún mejor entre los más jóvenes. - Teniendo en cuenta la meteorología tan adversa desde el punto de vista de las precipitaciones, se convierte en obligado preguntar por el abastecimiento de agua en nuestra Comunidad y, de paso, por el estado de la depuración de las aguas residuales. - El cambio climático es una realidad. Tendremos años mejores y peores pero tenemos que saber que este año no va a ser una excepción de cara al futuro, tendremos más años como éste e incluso peores. Hay quien piensa que en estas circunstancias todo se soluciona hablando de una nueva cultura del agua o hablando de actuaciones para el uso racional y consumo de agua, que es algo que es cierto que hay que hacer: el uso racional en los hogares es importantísimo, que los ciudadanos sean conscientes de la importancia que tiene el agua, que es un bien escaso, un recurso limitado en el que la naturaleza tiene mucho que decir. Pero también decimos que no es la única media que hay que tomar; nosotros apostamos porque se hagan infraestructuras hidráulicas. No se puede vivir sólo a expensas de encomendarse a la naturaleza y confiar y exigir la capacidad de ahorro de los ciudadanos. Son dos cosas que hay que contar con ellas pero la Administración tiene mucho que hacer, y en eso estamos involucrados. Es cierto que en una comunidad como la nuestra con más de 6.000 núcleos de población es muy difícil garantizar el suministro en calidades óptimas a todos y cada uno de esos núcleos de población, muchos de los cuales tienen pocos habitantes y otros muchos tiene un nivel de exigencia que en ciertas épocas es mucho mayor del que se deriva de su población normal. Es muy común ver en nuestra Comunidad municipios muy pequeños que en días de fiestas o vacacionales su población se multiplica considerablemente, lo que dificulta poder atender esa demanda. No obstante, es cierto que nosotros no estamos en las condiciones de otros lugares de España, donde hay capitales de provincia que están sufriendo ya restricciones en este momento y que no podrán disfrutar de piscinas durante este verano salvo que cambie la climatología. - En este punto de la cuestión, a su juicio, ¿cómo ha influido en este problema la paralización del Plan Hidrológico Nacional? - Pues creo que es un error por lo que decía antes. Hay quien basa la solución de este problema en el esfuerzo de la sensibilidad social. Esto es algo que hay que hacer, yo no digo que no, hay mucho camino por recorrer y apostamos por ello, pero también hacen falta infraestructuras. Y ese es el reto que tenemos, de llegar a tantos municipios, de saber que contamos con un punto de partida que nos sitúa mejor que a otros pero también que tenemos que hacer un esfuerzo mayor que otros porque hay comunidades autónomas con 200 municipios mientras que nosotros tenemos 2.200. Y eso supone un esfuerzo inmenso porque los ciudadanos vivan donde vivan tienen los mismos derechos y la nuestra obligación es colaborar con los municipios para que tengan un adecuado servicio tanto en abastecimiento como en depuración. En este aspecto hemos llegado al 85% de los habitantes y estamos en condiciones de cumplir el objetivo de depurar el agua de los municipios de más de 15.000 habitantes, pero ese 15% que falta es el más complicado, el más disperso. Tendremos que orientar el mecanismo partiendo de dos ideas: que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos vivan donde vivan, por lo que hay que proporcionar la oportunidad de construir depuradoras; y en segundo lugar, que esos municipios, esos ciudadanos tiene que contribuir, igual que otros municipios y capitales de provincias al coste del canon correspondiente, ni más ni menos que en capitales de provincias. Así un ciudadano del mundo rural nos puede exigir dos cosas muy razonablemente: primero que ofrezcamos infraestructuras en su municipio y que aunque sean más costosas no paguen más que las capitales de provincia por el canon de depuración, y esto es lo que tenemos que conseguir. - ¿Qué previsiones existen en esta legislatura por lo que respecta a los espacios naturales? - Las previsiones son que en esta legislatura se creen diez nuevos espacios naturales. En el mes de diciembre se ha creado el de las Hoces de Riaza, estamos en condiciones de llevar a junta el de Villafáfila para que lleve a las Cortes, y el último Consejo Regional de espacios aprobó el de Montes Obarenes. Son esfuerzos que vamos haciendo en esa dirección. Por otra parte, hemos de considerar los espacios nacionales. El primero de ellos es el de Picos de Europa en el que vamos a asumir las competencias en esta legislatura una vez publicada la sentencia del Tribunal Constitucional y nuestra voluntad es llegar a un acuerdo con el Estado y también con las otras comunidades autónomas con las que estamos trabajando muy intensamente. En segundo lugar pretendemos trabajar muy intensamente en relación con Guadarrama con la comunidad de Madrid. Y en este espacio pedimos dos cosas muy razonables: que no existan parques de primera y de segunda y, por tanto, que Guadarrama, que se va a crear seguramente después de la transferencia del Sistema Parques a las comunidades autónomas, tenga la misma financiación que el resto de Parques Nacionales. Y en segundo lugar que se mantengan los usos tradicionales de ese espacio - ¿Cómo afecta el protocolo de Kioto a Castilla y León? - Lo primero que hay que decir es que Castilla y León es la cuarta comunidad de España en volumen de derechos de emisión asignados y eso significa, en contra de lo que muchas veces se dice, que esta es una comunidad industrial, por encima de la media española. Considerando esto pedimos cinco cosas. La primera es que la aplicación de Kioto se haga de una forma compatible con el desarrollo económico. Lo segundo, hay un sector que nos interesa como estratégico en Castilla y León y que Kioto debiera ser sens ible con él, es el sector de la minería, del carbón, de la energía térmica. Nuestro objetivo es cumplir con Kioto, pero en un escenario de demanda energética en crecimiento y de aumento del precio de los combustibles sólidos el carbón se convierte en estratégico. Lo tercero, nosotros tenemos un buen número de sumideros de CO 2 que son nuestros bosques. Tenemos 5 millones de hectáreas forestales en Castilla y León que deben de ser computadas porque absorben CO 2 . Lo cuarto que defendemos es que las nuevas asignaciones de CO 2 no se otorguen según el orden de llegada, sino más a aquellas regiones que estamos creciendo para acercarnos a las medias europeas, porque esto tiene que servir como elemento de convergencia, sino se impediría nuestro crecimiento económico. Y en quinto lugar, que en cuanto al seguimiento del cumplimiento de las emisiones -una competencia que ahora ejercemos y que antes no teníamos- parece lógico que haya aportaciones económicas por parte del Estado para hacer este seguimiento. Ciertamente, estamos muy comprometidos con Kioto y no solamente debemos hablar de las industrias sino de la vida cotidiana de los ciudadanos. Lo que se llama las emisiones difusas: el transporte, las calefacciones, etcétera. - ¿Hay alguna tarea en especial que le gustaría acometer, antes de terminar la legislatura? - Hay muchas cosas, ya que no vamos a ponernos límites nosotros mismos. Pero la primera de ellas es que fuéramos capaces de tener sistemas integrales de tratamiento de residuos urbanos en todas las provincias de Castilla y León. La segunda es que terminásemos la legislatura dando solución o encauzando los problemas estructurales de abastecimiento de agua en los municipios de Castilla y León. La tercera, en materia de depuradoras, es crear un mecanismo de oferta a los municipios que nos permita garantizar la sostenibilidad del sistema. A esto añadiría crear nuevos espacios naturales en Castill a y León. Pero también hablaría de aspectos menos concretos: que tengamos una comunidad cuyos ciudadanos fueran más sensibles al medio ambiente y conocedores del patrimonio que tenemos y que el medio ambiente se constituya -y ya lo es- como una palanca de desarrollo y crecimiento económico para nuestra Comunidad, es decir que el medio ambiente no sea considerado sólo como un factor de disfrute de calidad de vida, como una seña de identidad de Castilla y León. - ¿Se presenta especialmente preocupante la campaña contra incendios de este año teniendo en cuenta la climatología? - Estamos preocupados, sí. La campaña es complicada, la pluviometría es la menor de las últimas décadas y la sequedad del monte es muy importante, y por eso hay que extremar todas las precauciones, pero el mensaje que lanzaría es que las administraciones públicas podemos hacer mucho en este tema pero, por más medios que pongamos y que los profesionales hagan grandes esfuerzos y arriesguen sus vidas en la extinción, el mejor incendio es el que no se produce. Por tanto, no se trata sólo de ser muy eficaces en la extinción, sino tener mucho cuidado de que no se produzcan, sobre todo teniendo en cuenta que el 93% de los incendios tienen como origen la actividad humana. En una comunidad en la que en un año se producen dos mil incendios podemos ser muy eficaces en el 90 ó 95 % de los incendios pero habrá días complicados y tendremos que estar preparados. - ¿Qué ocurre con la gestión del agua de la cuenca del Duero? - Nosotros hemos demandado la gestión del Duero, básicamente por tres aspectos. El primero porque el Duero forma parte de nuestras señas de identidad, hablar del Duero es hablar de Castilla y León y hablar de Castilla y León es hablar, en gran medida, del Duero, con independencia de que tenemos otras cuencas. En segundo, porque el agua es una factor decisivo para el desarrollo, y tenemos que ser capaces de liderar como comunidad autónoma nuestros grandes factores de desarrollo, y uno de ellos es el agua. Sin agua no hay desarrollo y que se tomen decisiones que perjudican el desarrollo de Castilla y León hace que luego no tengan solución. En tercer lugar porque hay una sensación cierta en la sociedad de Castilla y León hoy de que nuestras demandas no están suficientemente bien atendidas por la administración que tiene la competencia en esta materia, porque cuando hay obras que están en ejecución y se paran, cuando hay obras que figuran en el Plan Hidrológico y no se hacen, cuando hay obras que están licitadas y no se adjudican, quien sufre es Castilla y León, el mundo rural, sufren nuestras posibilidades de desarrollo y por eso entendemos que gestionaríamos mejor el agua en la comunidad autónoma de lo que lo está haciendo el Estado, y sobre todo en este momento en el que apreciamos una falta de sensibilidad hacia los intereses de nuestra tierra. «Se trata de cumplir con Kioto, pero en un escenario de demanda energética en crecimiento y de aumento del precio de los combustibles sólidos el carbón se convierte en estratégico»