Entre el 40 y el 60% de la contaminación procede del tráfico El Ministerio promueve el uso responsable del agua con una campaña La mosca de la fruta es un biomarcador del cambio climático
En una reciente investigación realizada por el CSIC se concluye que entre el 40 y el 60% de la contaminación existente en las ciudades españolas está provocado por las partículas en suspensión procedente del tráfico, en especial por los motores diesel, que pueden producir hasta cuatro veces más partículas de carbono que los de gasolina. Para reducir estas emisiones, los expertos recomiendan el uso de filtros de partículas regenerables que llegan a retener hasta el 90% de las mismas. Se trata de una tecnología que ya se usa en algunas ciudades europeas y estadounidenses para reducir las emisiones de los vehículos de recogida de basuras y de los de transporte público. Para que la población tome conciencia sobre el uso eficiente y responsable del agua el Ministerio de Medio Ambiente ha puesto en marcha la campaña «Pon tu gota de agua. Gota a gota se hace el río», con la que se pretende sensibilizar de que el agua es un bien escaso cuya demanda crece de manera sistemática, que es patrimonio del conjunto de la ciudadanía y que se debe gestionar con responsabilidad y eficiencia en beneficio de todos. La campaña contiene mensajes concretos que, a través de imágenes de la vida diaria de los ciudadanos, pretenden introducir esos criterios de racionalidad y ahorro en el uso de grifos, duchas, lavadoras, piscinas, lavado de vehículos, riego de jardines, etcétera Un grupo de investigadores australianos ha estudiado un alelo (cada uno de los genes de un par que ocupa el mismo lugar en dos cromosomas homólogos) de la mosca de la fruta y han descubierto que, al contrario de lo que sucedía hace dos décadas, las poblaciones del sur tienen la constitución genética de muchas poblaciones del norte, una tendencia que se relaciona con el cambio climático en la zona, cuyos últimos años han sido más secos y calurosos. Esto demuestra que el clima influye en la composición genética incluso en especies que están en todas partes y adaptadas a diferentes condiciones climáticas. Este resultado revela a la mosca de la fruta como biomarcador del cambio climático.