Entre el garabato y la pintura

El arte ha reunido ayer a casi en centenar de niños en el hermoso pueblo leonés de Villamondrín de Rueda. Allí se celebró el ya tradicional Concurso Infantil de Dibujo y Pintura Ramón Villa , que ha llegado a su décima edición. Los aprendices de artista pusieron todo su empeño en trasladar al papel sus ideas sobre la naturaleza, la peculiar arquitectura del lugar, las fiestas populares que allí se celebran y cuantos temas son capaces de poner en marcha los bien engrasados engranajes de sus fértiles imaginaciones infantiles, pasando en un solo salto de los garabatos pintados furtivamente en las paredes de sus casas a colorear y dibujar como grandes artistas. Los participantes se agruparon en tres categorías según sus edades. La primera comprendía a los concursantes de entre uno y cuatro años, la segunda de cinco a ocho y la tercera, la de los mayores, a los de las edades comprendidas entre los nueve y los catorce años. Para juzgar los importantes trabajos realizados por los prometedores pintores de la comarca de Rueda, se personaron en el pueblo algunos de los personajes leoneses más relevantes dentro del mundo artístico. Los pintores, Juan Carlos Uriarte, Félix de Agüero, Raquel González y Nonia Villa. Los escultores Amancio y Juan Villoria y el galerista Germán Morán. Ramón Villa, pintor, y en esta ocasión promotor del certamen, explicaba que «más que un concurso es una fiesta, un modo lúdico de acercar el arte a los niños. Aunque lo cierto es que ellos se lo toman muy en serio y lo hacen estupendamente. Algunos ya han participado en un curso de dibujo y pintura que imparto cada año y que tiene tres meses de duración. Es muy gratificante verles trabajar con tanto interés y también es maravilloso comprobar como aquí estamos propiciando el nacimiento de unas inquietudes que, posteriormente, llevarán a algunos a entrar en los caminos del arte con mayúsculas. De los niños que participaron en las primeras ediciones del concurso hay varios que ya están estudiando en Escuelas de Artes y Oficios y algunos incluso han ingresado ya en Bellas Artes, lo que para mí significa una gran satisfacción». Cámaras fotográficas digitales, estuches de pintura y muchos otros obsequios y diplomas, han premiado la labor del centenar de niños que ayer han demostrado sobradamente que la nómina de artistas leoneses tendrá una brillante continuidad.