Aventuras en la estratosfera

«Álvaro nació en un pueblo, rodeado de montañas, de la provincia de León (...). Por las tardes, al salir de clase, se entretenía con sus cuatro amigos, jugando a ser pilotos que despegaban del aeropuerto de León». La imaginación de un niño se hace aún más grande y encuentra caminos más anchos cuando se trata de inventar aventuras que transcurren en las nubes. Y crea cuentos en los que pueden encontrarse frases como éstas: «La familia pudo leer que en el avión, debajo del rótulo de Lagun Air, ponía: Avión de la fantasía ». O «érase que se era un avión hawaiano que soñaba, por extraño que parezca, volar hacia otros mundos...», o también «-¿Y aquí en León se puede ir al cole en avión? -preguntó César. -No -le dijo su padre- Los viajes en avión no son como en autobús...». Las historias del avión Corsario , de Alfonsino Quijano y su vecino Sancho, de la máquina del tiempo, de la villafranquina Alba, del libro-ordenador Librín o de la ciudad de Lagunas, entre otras muchas, pueden encontrarse en el libro Con otro aire , un volumen que reúne las narraciones premiadas y seleccionadas en el concurso de cuentos del mismo nombre convocado la compañía Lagun Air con la colaboración del Ayuntamiento de León y de la Editorial Everest -encargada de su publicación-, y que Diario de León entrega este domingo, gratuitamente, con cada ejemplar del periódico. Los ganadores Así, la edición -ilustrada con dibujos realizados por los propios niños- está encabezada por los cuentos de los rapaces ganadores: Claudia Cendón de la Mata (9 años), del Colegio Santa Teresa de León, con El avión de la fantasía ; Héctor Alfredo Cubillas García (11 años), del Colegio Leonés San Isidoro, con Álvaro, un piloto de León; y Raúl Bécares Peláez (11 años), del Colegio Leonés Corredera, con El viaje en el tiempo . Otros quince relatos finalistas completan un libro en el que, además de cuentos de alumnos de León capital, también pueden leerse textos de escolares de Ponferrada y Toral de Merayo. Con esta campaña, la compañía aérea ha tratado de tratado de acercarse a los estudiantes de la ciudad y de promover en ellos el interés por el transporte aéreo. El presidente de la compañía, Santos Llamas, había explicado durante la presentación del proyecto que con esta experiencia se ha buscado «llegar a todos los sectores de la población de León y familiarizar a los ciudadanos con el aeropuerto». Los clientes de Lagun Air del mañana, los niños, han sido su primer y principal objetivo. Y quién sabe, quizá alguno de ellos llegue a cambiar el vuelo de la imaginación por el real, y hacer de él su profesión. Porque como escribe Enrique Marugán, del Colegio Leonés Corredera: «-Yo de mayor voy a ser piloto aéreo. -¿Por qué? -preguntó su padre. -¡Para poder volar sobre las nubes y vislumbrar las estrellas!- exclamó David».