Durante la noche la procesión de fieles avanzó a ritmo lento, en algunos momentos se tardaba una hora en recorrer diez metros.
La cola estuvo detenida desde las 02.00 hasta las 04.30 de la madrugada, cuando la capilla ardiente cerró por labores de mantenimiento.
Para aligerar la espera, varios voluntarios repartieron mantas, té caliente y galletas entre quienes han pasado la noche en las colas.
Con las primeras luces del alba la zona de la Vía de la Conciliación seguía tomada por una marea de peregrinos.
Ante la masiva afluencia de peregrinos, la policía decidió «cerrar» las filas para impedir que la situación se desbordara.
Mientras, los servicios de emergencia llevaron a cabo varias intervenciones, la mayoría por casos de lipotimia o agotamiento.
Muchos peregrinos optaron por dormir en la calle, ya que no querían quedarse sin despedir a Juan Pablo II.
El agotamiento se hacía palpable a medida que aumentaban las horas de espera.
Muchos de los fieles sostenían pancartas en recuerdo del Papa.
A lo largo de estos días han sido miles las personas que se han concentrado en Roma para despedir a Juan Pablo II.
Los fieles que llegaban del otro lado del río llegaron a tardar 24 horas en llegar a la basílica.
Entrar en la basílica del Vaticano suponía una espera de 8 o 10 horas. Durante esta jornada un total de 600.000 personas visitaron al papa.
Las colas llegaron a alcanzar los cinco kilómetros de longitud y rodeaban toda la plaza de San Pedro.
04-04-2005
Las puertas para entrar en la Basílica se abrieron a las 19.45. El tiempo de espera era de 4 horas.
La despedida de Juan Pablo II está siendo una de las más numerosas de la historia.