Tras el accidente del Columbia los americanos regresan a las estrellas
Vuelven las misiones tripuladas alespaciotrasdosañosdeinactividad
Está previsto que el Discovery despegue el 13 de julio sin todas las garantías de seguridad
Era el 1 de febrero de 2003. Han pasado más dos años desde la tragedia del Columbia en la que siete personas dejaron sus vidas en la carrera espacial. Las reticencias de enviar una nueva misión tripulada por la NASA al espacio han sido tales que durante todo este tiempo no se han atrevido a correr el riesgo de un nuevo fracaso. A partir del próximo 13 de julio el Discovery reanudará las misiones tripuladas con siete astronautas que evaluarán nuevos sistemas de seguridad y abastecerán la Estación Espacial Internacional. En declaraciones a la prensa, Michael Griffin, administrador de la NASA, sostuvo la idoneidad de que el Discovery despegue con su tripulación el 13 de julio o en días posteriores, a pesar de las críticas recibidas de que no todos los sistemas de seguridad recomendados por los ingenieros después del último accidente del 2003 han sido puestos en marcha. De hecho, una comisión especial ha puesto en evidencia que la NASA ha aplazado las que se consideraban mejoras necesarias en el aislamiento térmico del transbordador, lo que hace imposible realizar reparaciones de urgencia en el espacio. La alternativa de retrasar nuevamente el lanzamiento del Discovery unos meses parece que tampoco reduciría ostensiblemente los riesgos y sí dificultaría aún más el cumplir con el calendario previsto por George Bush, que prevé la vuelta de astronautas a la Luna en el año 2020. Por su parte, Bill Parsons, gerente del programa del transbordador, señaló que no es previsible que se presenten problemas técnicos que aconsejen aplazar el lanzamiento del Discovery. El mismo apoyo a la misión manifestó John Muratore, gerente de la Oficina de Integración e Ingeniería del Transbordador: «Creo que se pueden desechar nuestras preocupaciones y estamos preparados para volar». Reunión de expertos El Centro Espacial Kennedy fue el lugar elegido para una intensa reunión en la que participaron 150 ingenieros y responsables de la misión, además del director de la NASA, Michael Griffin, en la que después de estudiar los análisis de ingeniería sobre las posibles consecuencias del hielo que podría salir del tanque de combustible externo y afectar a la nave durante el lanzamiento, se tomó la decisión de seguir adelante. La Discovery ya fue colocada en la plataforma en el mes de abril, pero se retiró en mayo cuando los ingenieros de la NASA comprobaron la posibilidad de que se formara hielo en la parte superior del depósito principal de combustible. Para los más supersticiosos hay que decir que las cosas tampoco fueron demasiado bien durante el traslado del Discovery desde el edificio de montaje de vehículos espaciales hasta la plataforma, ya que hubo problemas de calentamiento de los rodamientos del vehículo de transporte, lo que provocó que se tuviera que detener en varias ocasiones haciendo el desplazamiento mucho más lento de lo habitual. Los encargados del mantenimiento engrasaron los rodamientos en varias ocasiones lo que hizo que el traslado durara casi diez horas. Por su parte, el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia informó de que elevará la altura de la órbita de la Estación Espacial Internacional (ISS) para permitir el enganche del transbordador.