Comida romana, sin azúcar

Comida romana Albóndigas de calamares en salsa de cebolla, cabrito asado y caracoles cocidos con leche y rociados con «garum» (una especie de ketchup), son los tres principales platos que se servirán a lo largo de este fin de semana en el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, en Valladolid, y que todos los visitantes al centro podrán degustar gratuitamente si lo desean. Las jornadas se enmarcan dentro del I Festival de Cultura Romana que el Museo organiza hasta el 20 de agosto y en el que también tendrá cabida el circo romano, mercados, cine y teatro sobre aquella cultura, e incluso esclavos y artesanos. Las Jornadas de Gastronomía comenzaron ayer con una conferencia para «difundir los resultados de varios meses de investigación sobre las costumbres de la gastronomía romana», afirmó el gerente del Museo, Víctor Ovidio. Víctor Ovidio aseguró que «lo que se intenta con estas jornadas es crear cosas nuevas en la cocina», y que las personas asistentes vean y aprendan cocina romana. «Los ingredientes son los mismos de hoy, pero se condimentan de otras formas», precisó. Por su parte, el cocinero encargado de elaborar los platos comentó que «se utilizaban mucho las especias, y se lograban unos sabores y olores exóticos y distintos a la comida de ahora». «Con platos tan peculiares como las albóndigas de calamares, anchoas fritas con cebolla seca, y condimentadas con canela y pimienta se logran unos sabores totalmente espectaculares», agregó. Según los historiadores, en los años del Imperio Romano la alimentación de la cuenca mediterránea giraba en torno al trigo y la cebada, y se mezclaba con la vid, el olivo y la carne de ovino y algunos pescados. En torno a estos alimentos giraba toda la cocina romana, donde el principal alimento era lo que ahora llamamos «gachas». «Las coles, las acelgas, las cebollas, puerros, ajos y espárragos y las legumbres como los guisantes, las habas o los altramuces, son parte importante en la alimentación romana, que los adquirían en los mercados», declaró el investigador Julio Valles. Teatro solidario La Asociación de Diabéticos de Astorga y Comarca, ADA, con su grupo de teatro Marjorit presentó ayer en el teatro Diocesano el montaje Dos iguales para hoy, una adaptación libre de la comedia de Manuel Baz, Vaya par de gemelas. Asimismo el público pudo disfrutar con un repetorio de canciones interpretadas por el coro de la asociación, Clavelito chino chino y Sin más testigos que el viento un recital de la rima LXXII de Bécquer así como la interpretación de la canción Toro Toro . El acto finalizó con el himno de la asociación a cargo de su coro. La velada festiva concluyó con una cena de hermandad.