Un grupo de investigadores pacta con Gambia para evitar la ablación
La avioneta que se estrelló a primeras horas de esta tarde en las inmediaciones de una de las pistas del aeródromo deportivo de Monflorite (Huesca), cuyo piloto resultó muerto, transportaba a cinco paracaidistas que pudieron saltar del aparato antes de precipitarse contra el suelo. Según informaron a EFE fuentes del operativo de socorro, al parecer, el primer paracaidista en saltar de la avioneta, marca Cessna 206 Turbo, se golpeó en la cola de la aeronave y causó daños en su estructura que desestabilizaron la nave y provocaron el inicio de una caída en barrena hacia el suelo de una de las pistas. Dichas fuentes explicaron que el resto de paracaidistas pudieron saltar de la avioneta inmediatamente después de manifestarse las primeras señales de desestabilización del aparato. Añadieron que el piloto, Joaquín A., vecino de la capital altoaragonesa, que no portaba paracaídas de emergencia, no pudo corregir la trayectoria en picado de su avioneta y cayó a gran velocidad contra el suelo. El rescate Minutos después de producirse el accidente, sobre las 14:00 horas de la jornada, se desplazaron al lugar del accidente miembros del Centro de Emergencias Sos Aragón con el helicóptero del servicio, efectivos de bomberos de Huesca y agentes de la Guardia Civil para colaborar en los trabajos de rescate del cadáver, y prestar apoyo a los paracaidistas, uno de los cuales resultó herido leve, y proceder a valorar las causas. Las mismas fuentes destacaron que uno de los paracaidistas que viajaban en la avioneta siniestrada relató a los agentes de la Guardia Civil los daños causados a la cola del aparato por uno de los compañeros y la posterior entrada en barrena de la aeronave. Al parecer, el aparato es utilizado en el campo de vuelo para arrastre de veleros y la práctica de paracaidismo, según las citadas fuentes, quienes dijeron desconocer la identidad de la víctima. El resto de los tripulantes que viajaban en la aeronave lograron evitar el impacto saltando al percibir que el piloto había perdido el control.