Los astronautas completan su preparación para el lanzamiento del «Discovery»
La comandante Eileen Collins y los seis astronautas que la acompañarán hoy en la misión del transbordador Discovery completaron ayer su preparación, mientras la Nasa sigue con la cuenta atrás para el lanzamiento. «La nave está lista, los astronautas están listos, y nosotros mantenemos la mira en la hora de lanzamiento a las 19:51 horas del miércoles», dijo ayer el director de pruebas de la agencia espacial estadounidense, Jeff Spaulding. Katy Winters, la meteoróloga de esta misión, indicó que se esperan condiciones favorables para el lanzamiento, que incluyen un área despejada de nubes de unos 30 kilómetros en torno al Centro Espacial Kennedy, en el sur de Florida. El Discovery tiene asignada la primera misión de un transbordador desde que el 1 de febrero de 2003 el Columbia se desintegró cuando retornaba a la Tierra después de una misión de 16 días, en un accidente en el cual murieron sus siete astronautas. El astronauta John Danny Olivas, que participará en una misión similar en 2006, dijo que Collins y el piloto James Kelly efectuaron ayer, en un avión que simula las condiciones de vuelo del transbordador, ensayos de aproximación a la pista de aterrizaje. Astronautas en cuarentena «Todos los astronautas están muy entusiasmados y ansiosos por la partida», dijo Olivas. «Han estado en cuarentena desde hace un par de semanas, para evitar contagios de enfermedades. Sus familias están también aquí, en Cabo Cañaveral», añadió el astronauta. Olivas, quien está designado como «caminante espacial» para una misión de transbordador en 2006, explicó que el nuevo tanque del Discovery tiene una cubierta de espuma aislante en la cual no hay trozos como el que se desprendió en el lanzamiento del Columbia y dañó fatalmente los paneles del ala de la nave. En los primeros ocho minutos y medio desde el lanzamiento, el Discovery acelerará de cero a casi 27.500 kilómetros por hora la velocidad necesaria para salir de la gravedad de la Tierra. En esos minutos los dos cohetes propulsores quemarán los 1,8 millones de litros de oxígeno e hidrógeno licuados que en las próximas horas serán cargados en el tanque de aluminio, con paredes de 25 milímetros de espesor y la altura de un edificio de 15 pisos.