La movilidad responde a un perfil variable que brota de los cambios de los últimos años
Medio millón de españoles cambian de provincia y 1,5 millones de muncipio
Una de las migraciones más típicas es la de los jóvenes por motivos laborales
Un hombre carga cajas en un camión durante una mudanza
La población no para de moverse en España, cuyas migraciones interiores (más de 500.000 personas cambian anualmente de provincia y 1,5 millones lo hacen de municipio) ya no se explican por la edad, el éxodo rural o cualquier otro rasgo determinante. Al contrario, recalca la profesora de la Universidad de Barcelona Arlinda García Coll, esta «sociedad cada vez más móvil» responde a un perfil variable y complejo que brota de sus enormes transformaciones de los últimos años y se apoya en datos como el nuevo mapa del desarrollo económico y del mercado laboral, cierto renacimiento rural, la carestía de la vivienda, el envejecimiento poblacional y la inmigración. García Coll comparte con 26 expertos un exhaustivo análisis desde múltiples ángulos de nuestra «Transformación demográfica: raíces y consecuencias». El trabajo colectivo, coordinado por el catedrático de Demografía de la Universidad Complutense madrileña Rafael Puyol, ha sido editado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) en el número 104 de su colección de «Papeles de Economía Española». Provisionalidad Los tres aspectos más significativos en el capítulo de migración interior son su crecimiento continuo (los movimientos del trienio 2001-2003 superan a los del quinquenio 1991-1995 y la tasa anual se ha duplicado de 17 a 30 por 1.000), el predominio de los desplazamientos de corta distancia (el 60% son intraprovinciales) y un perfil por edades en el que juega un papel clave la población inactiva. De hecho, junto a la migración típica de los adultos más jóvenes en busca de futuro laboral, hay otras dos con motivaciones residenciales: una en torno a la edad de jubilación, momento en el que una triple garantía (pensión, buena salud y segunda juventud) anima a irse a vivir a zonas con mejor clima o más tranquilas. Desde una perspectiva socio-demográfica, la profesora barcelonesa señala el contexto de precariedad laboral y encarecimiento de vivienda para explicar la «migración residencial por motivos económicos» de la generación nacida en el baby-boom de los sesenta, que ya está en edad de emancipación.