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Publicado por
ANTONIO TROBAJO
León

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LLEGAN estas fechas y todos los años ocurre lo mismo: en el mundillo de las parroquias comienzan los rumores acerca de los cambios de dedicación pastoral que se van a producir a lo largo de los meses de verano. Y con los rumores, en algunos casos, las movilizaciones de algunos sectores de gente, inducida o sin inducir por los interesados. Y es que, a pesar de nuestro deslizamiento hacia la indiferencia, sigue preocupando quién es o va a ser nuestro párroco. Lo que a uno le alarma y le duele es que en ocasiones las reacciones del pueblo no son todo lo santas y limpias que debieran ser. Y eso suponiendo que ese pueblo sea el de Dios, o sea, los católicos, porque si meten la cuchara otros intereses o instituciones no confesionales, apaga y vámonos. Sin derecho de propiedad Suele suceder que inquieta mucho que nos cambien al señor cura cuando estamos muy a gusto con él y con su estilo, y todo lo contrario cuando no comulgamos ni con su persona ni con sus modos. En el primer caso, nos creemos con derecho de propiedad inalienable sobre la persona del párroco; en el segundo, el culpable de la estancia de ese «cura» entre nosotros es el Obispo que nos tiene castigados. Tanto en una hipótesis como en otra falta claramente sentido eclesial. Caigamos en la cuenta de que el sacerdote no es un funcionario al uso; que es un servidor que está en disposición de acudir donde sea necesaria su presencia pastoral; y que acerca de esa necesidad todos debemos crear opinión y emitir parecer, pero que en último término es el Obispo el que debe decidir, oídos cuantos sean necesarios y tocados los palos que convenga. Y tengamos presente lo que se llama la comunión eclesial, que, de alguna manera, es el sentido de la solidaridad fraterna entre todos los que formamos la Iglesia en general y, más en concreto, la Iglesia diocesana. Según este principio, nadie tiene derecho a acaparar a quienes nos sirven según nuestras conveniencias y condenar al destierro a quien no nos baila el agua. Habrá que buscar que a todos lleguen los servicios pastorales, que se aprovechen al máximo los recursos personales, que se puedan poner en ejercicio las capacidades y cualidades de cada sacerdote, que se pretenda la mejor empatía posible entre pastores y comunidades, que se corrijan a tiempo las situaciones de desentendimiento, que se sopesen los factores de edad, años de dedicación pastoral y resultados de la misma, y que se pongan en la balanza también las necesidades generales de la diócesis, presentes y previsibles. Y, desde luego y en último término, la anuencia generosa y libre del afectado por el posible cambio, que nadie a la fuerza fue buen cristiano. Viene todo esto -y más que se pudiera decir- a cuento de que a servidor, por una parte, se le ha facilitado la lista de nuevos nombramientos de la diócesis de León y, por otra, vía radio macuto, le llegan noticias de que en alguna comarca hay «movida» ante la que se avecina. Bueno, sea como sea, es oficial que dentro de unas semanas se producirán estas novedades: D. Maximino Castro, para San Pedro de Puente Castro; D. Antonio Valladares, para La Asunción; D. Jesús Miguel Martín, para El Salvador; D. Juan Manuel Aparicio, para La Purísima; D. Ovidio Álvarez, para la unidad pastoral de Riello; D. Mariano García, para Villablino; y el neosacerdote D. Bruno Cuadrado como vicario parroquial de Santo Toribio de Mogrovejo y administrador de la unidad pastoral de Arcahueja. A la vez, pasarán a la situación de jubilados D. Higinio Fernández (Arcahueja), D. Samuel Bodega (Clínicas de San Francisco y López Otazu) y D. Valentín Trancón (Puente Castro). Que unos y otros vayan de buena mano. La de Dios y la nuestra. Que no falten. A pesar del calor Otras noticias, que no ahoga el calor. Para el próximo curso Astorga contará con la Universidad de la Experiencia; que conste que la iniciativa nació en el seno de la Iglesia. Felicitación para la parroquia de Vilecha, que ha estrenado con el esfuerzo de todos (más bien de muchas) nueve vidrieras en su iglesia. Expresión de cercanía y apoyo para los productores de remolacha de nuestros campos, que pasan por un dramático momento. Invitación a participar en el Encuentro eucarístico del próximo sábado en Astorga, lo mismo que a los leoneses para que acompañen a sus misioneros que se reúnen, por 17ª vez, el miércoles 27, en el Seminario Mayor.