Un interferómetro láser mide la inclinación y velocidad de las olas

En la práctica, la predicción de las olas requiere medir la forma y tamaño de las que se producen a gran distancia del punto de medida. Esos datos se utilizan para construir un modelo a corto plazo. Los datos que requiere el sistema van más allá de los que es posible conseguir con los actuales sistemas de medida del oleaje. Por tanto, además de los estudios teóricos y los algoritmos, en Exeter se desarrolló un programa de investigación sobre sensores del movimiento de las olas. La teoría y la simulación han demostrado que esa laguna se podía cubrir con ampliaciones de la tecnología tradicional de boyas. La mejor solución, tanto para puntos fijos como para buques en movimiento, ha sido un interferómetro por láser capaz de medir a gran distancia pequeñas variaciones de la inclinación y velocidad de las olas. La viabilidad de dicho instrumento ya se ha demostrado dentro de un programa con el fin de establecer una red DSWP. El plan previsto requiere una herramienta de I+D para estudiar las distintas aplicaciones del sistema de medida de las olas a puntos fijos en tierra y a buques en movimiento. Además ofrece nuevas posibilidades para la investigación oceanográfica pura y aplicada. Conocer de antemano las fases por las que atraviesa el movimiento de un buque puede beneficiar a otras tareas de navegación, remolque, salvamento y rescate. Esos datos se obtienen del estudio de la superficie del mar, aunque hay que recalcar que este método es totalmente distinto de los tradicionales métodos estadísticos utilizados hasta ahora. La Royal Navy (Armada británica) ha puesto en marcha un programa para el aterrizaje totalmente automático de helicópteros como el Merlin sobre fragatas en navegación, con todo tipo de mar posible. El tiempo necesario para descender al helipuerto, una vez situado el helicóptero en la vertical, es de 20 segundos como mínimo. Los expertos reconocen que, para conseguir un aterrizaje perfecto y de bajo riesgo con mar de fuerza 4 a 5, es necesario conocer la respuesta del buque al oleaje. Para ello hay que conocer la forma de las olas que llegan hasta el buque con un mínimo de 20 segundos de antelación.