Diario de León

El Ministerio de Sanidad asegura que es «un caso aislado» y garantiza la seguridad del consumo

Muere la primera víctima humana en España del mal de las vacas locas

Se trata de una madrileña de 26 años que trabajó en un laboratorio de Sanidad Animal

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Arantxa Prádanos - madrid
León

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Tenía 26 años y era madrileña, antigua trabajadora del laboratorio de Sanidad Animal de una universidad de la Comunidad de Madrid. Es, a falta de las últimas comprobaciones, la primera víctima mortal en España de la variante humana del mal de las vacas locas o enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (vECJ). El Ministerio de Sanidad y la consejería madrileña homóloga hicieron público ayer el caso, que consideran «aislado», y garantizaron la «total seguridad» del consumo de carne vacuna en España. La joven falleció el pasado 10 de julio en la Fundación Hospital de Alcorcón después de ingresos hospitalarios intermitentes en este centro y en el Hospital de Móstoles, ambos en la comunidad de Madrid. Acusó los primeros síntomas del mal en noviembre del año pasado, aunque la patología no quedó acreditada con seguridad razonable hasta el 5 de mayo, cuando se notificó al Ministerio de Sanidad. La Fundación Hospital de Alcorcón es la unidad de referencia nacional sobre Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EET), y fue el director del Instituto de Investigación, Alberto Rábano, el encargado de los exámenes anatomopatológicos post mortem y de confirmar en primer instancia un diagnóstico que precisa aún una última certificación. Doble confirmación Dado que los protocolos comunitarios exigen una doble confirmación, el próximo lunes se remitirán muestras de tejido de la joven fallecida al centro para ETT's de la UE, en Edimburgo. Los resultados se conocerán en el plazo máximo de quince días, aunque hay pocas dudas sobre el veredicto. «Hay una alta probabilidad de que se trate del primer caso de esta nueva variante de Creutzfeldt-Jakob», aseguró la ministra. Las autoridades sanitarias desconocen cuál pudo ser la vía de contagio del prión causante del mal de las vacas locas, y estudian ahora la biografía de la fallecida en busca de indicios. «En ningún país del mundo se tiene certeza de cuáles son esos mecanismos», señaló el consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela. Pudiera ser por consumo de carne infectada, como en la mayoría de las 150 muertes registradas en el Reino Unido, el país más afectado, o por la exposición a tejidos vacunos infectados en el laboratorio de sanidad animal en el que trabajó años atrás. En su historial no constan transfusiones de sangre ni estancias prolongadas en el extranjero, aclaró Salgado. La infección debió de producirse entre 1994 y 1999, ya que el período de incubación del mal es de entre cinco y diez años. En la lista aparecen también Francia (13 casos y 9 fallecidos), Irlanda (2 fallecidos), EE.UU. (1 fallecido), Canadá (1 fallecido), Arabia Saudí (1 fallecido), Japón (1 fallecido), Holanda (1 fallecido) e Italia (1 fallecido). En una comparecencia conjunta al borde mismo de las vacaciones oficiales, la ministra y el consejero recalcaron que se trata de «un caso aislado», gestado antes de que los gobiernos europeos y la UE adoptaran estrictas medidas de controles veterinarios en las explotaciones ganaderas y exhaustivos análisis a lo largo de la cadena alimentaria para atajar los contagios en humanos. Que España se sumara al listado de países europeos con víctimas mortales por vECJ «no era difícil de prever», admitió la ministra, convencida sin embargo de que «no será el primero de muchos casos». España era hasta ahora uno de los pocos estados comunitarios que se había librado del contagio a humanos. En Francia han muerto ya 9 personas, en Irlanda 2, y se han registrado la muerte de una persona en más de una decena de países -EEUU, Canadá, Arabia Saudí, Japón, Italia, Holanda- en varios continentes. Con todo, se trata -dijo la titular de Sanidad- de una enfermedad en declive, como demuestra el descenso de casos detectados año a año en el país de origen del mal, Reino Unido, 28 en el 2000, y 9 en el 2004. Salgado y Lamela pidieron calma a la población e insistieron en la «absoluta seguridad» del consumo de carne de vacuno en España. Controles Los controles son «los más rigurosos» de la Unión Europea, y la cadena alimentaria española «es probablemente la más segura del mundo», rubricó el consejero, que destacó la coordinación mantenida en todo momento por las dos administraciones. También en España el mal de las vacas locas - causado por la alimentación de las reses de vacuno con piensos contaminados con el prión- está en regresión. En el 2002 se detectaron 127 vacas enfermas, y 59 en lo que va de año. «Y ninguna ha pasado a la cadena alimentaria», remachó la ministra. Aun así, el goteo de casos no ha cesado. Este mismo viernes el Gobierno vasco notificó dos nuevas reses detectadas en Álava. La primera era una res procedente de una explotación de Guipúzcoa, la segunda había nacido en Francia y criada en una granja de Huesca. Existen cuatro tipos de una enfermedad que recibe el nombre científico es Creutzfeldt-Jacop: esporádica, familiar, iatrogénica y variante. La Encepalopatía Espongiforme Bovina (EEB), más conocida como la enfermedad de las vacas locas, es una patología que afecta al ganado bovino -al que provoca daños irreversibles en el sistema nervioso- y que puede ser transmitida al hombre. La proteína que causa la dolencia -el prión- actúa sobre la estructura del cerebro, horadándolo y deteriorándolo, hasta transformarlo en una textura parecida a la de una esponja de mar. Las enfermedad se transmite al ganado vacuno a través de un tipo de pienso elaborado con despojos de ovejas enfermas. Desde hace años se sabía que el prión causaba en las ovejas una enfermedad neurológica incurable; lo que no se sospechaba es que esa enfermedad pudiera contagiarse al ganado bovino, y mucho menos que pudiera afectar a la especie humana. Es en esta cadena (pienso contaminado-alimento reses-consumo humano) el modo cómo se transmite. Según las investigaciones de los expertos, la enfermedad de las ovejas -el scrapie- no ha llegado contagiar directamente a las personas. Sin embargo, la EEB sí ha infectado al ser humano a través del consumo de material de riesgo procedente de vacas enfermas. La ciencia descarta un posible contagio entre personas a través de la convivencia diaria, pero no desecha la posibilidad de contagio a través de la sangre.

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