Diario de León

Gente de aquí y de allá | A flor de piel

El arte al desnudo

Cientos de personas entran desnudas al Museo Leopold de Viena tras el anuncio de la dirección de regalar la entrada y un catálogo a los que visitasen la pinacoteca ausentes de ropa

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efe | viena

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Cientos de personas pasearon desnudas el sábado por el Museo Leopold de Viena. Todos ellos accedieron de forma gratuita a la exposición, ligeros de ropa o completamente desvestidos. La pinacoteca Leopold de Viena, situada en el Barrio de los Museos, regaló una entrada y el catalogo de la exposición de «La verdad desnuda: Klimt, Schiele, Kokoschka y otros escándalos», abierta hasta el 22 de agosto, a quien se presentase desnudo o en bañador. «Me ha sorprendido la cantidad de gente que ha venido, hemos repartido unas 200 entradas gratuitas hasta las 15.00 horas por lo que creo que se puede doblar esa cifra hasta la hora del cierre», comentó Annelise Forthuber, encargada en el guardarropa de repartir las entradas a los asistentes. Esta particular iniciativa la lanzó el Museo Leopold como un tributo al género del desnudo, así como a la radical y explicita lectura que de él hicieron artistas del cambio de siglo vienés como Gustav Klimt (1867-1918), Egon Schiele (1890-1918) y Oskar Kokoschka (1886-1980). Este sería el lado artístico del asunto, aunque la gente se ha decidido por el aspecto festivo de la jornada, ayudada por la continua publicidad radiofónica que se ha dado al evento y con la perspectiva de huir de la insoportable canícula veraniega, con temperaturas de 37 grados. Excelente acogida Gente de todas las edades ha acudido al museo y tras despojarse de su ropa entraron a la muestra sin más ropa que la propia piel. «Al principio me ha causado algo de impresión ver al primer nudista, pero luego te acostumbras, y la suerte para nosotras es que la mayoría son hombres», añadió la responsable de dar las entradas gratuitas, que dijo que uno de cada cuatro iba sin más ropa que las chanclas que regalaba el museo a los más valientes. Entre los asistentes existían todo tipo de opiniones, Antonnello, un hombre de 45 años que pasa el verano en Viena para aprender alemán, y que iba con una escueto bañador, aseguró que «nunca había tenido la experiencia de visitar así un museo, en Italia esto sería impensable». Dos estudiantes universitarias austríacas en bikini y con unos llamativos zapatos de tacón comentaban que les parecía una buena ocasión para visitar la muestra y agregaron que «en Austria la gente es muy abierta y no hay ningún tipo de problema con estas propuestas». También hubo quien al ver al reportero acercarse con el bloc de notas optó por la huida rápida como única respuesta.

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