En el extremo austral de Sudamérica, la cordillera de los Andes se presenta casi completamente cubierta por un gran cuerpo de hielo denominado Campo de Hielo Sur.
Es el mayor del hemisferio Sur después de la Antártida, con una superficie de 13.000 km², y una longitud de 350 kilómetros.
Se trata de una masa de hielo con carácter de meseta de una altura de 1.350 metros, interrumpida por numerosos picos y cordones cordilleranos con cotas de hasta 3.600 metros.
Generan 48 cuencas glaciares, de las que se desprenden grandes lenguas de hielo. En la vertiente Occidental alcanzan el nivel del mar y en la vertiente Oriental llegan a los grandes lagos patagónicos.
Jesús Calleja, y su equipo, acaba de regresar de este desierto helado, de este gran páramo glacial, uno de los más inhóspitos del planeta
La expedición, integrada por seis personas y liderada por el escalador leonés, llegó a la Bahía Yendegaia (Tierra del Fuego) a principios del mes de enero.
Yendegaia es una de las zonas más importantes de la Patagonia por cuanto que supone un puente ecosistémico entre dos parques nacionales y permite un flujo interrumpido de vida silvestre.
Desde allí, comenzaron la aventura hacia Hielo Sur, una caminata intrincada de peligros y dificultades en la que se vieron obligados a atravesar castoreras para llegar a los glaciares.
Las situaciones a las que se han tenido que enfrentar los excursionistas han sido, en muchas ocasiones, extremas.
Jesús, que dedica parte del año a trabajar como guía en el Himalaya, sabe que el suelo bajo sus pies puede desvanecerse en cualquier momento.
Los escaladores pudieron conocer lugares mágicos, en los que el hielo adquiere tonalidades imposibles, así como descubrir zonas inéditas para el resto de la humanidad.
Jesús ha sido el cicerone en uno de los lugares más endiablados de la Tierra, en un lugar en el que la naturaleza prodigiosa puede acabar con la voluntad más férrea.
Y esta ascensión le ha servido para prepararse para el que será uno de los retos más importantes a los que habrá de enfrentarse. Subir el Everest.
Calleja es el único escalador que ha logrado llegar al Cho Oyu (la sexta más alta del mundo) en menos de quince días.
Gracias a todas estas aventuras, el escalador leonés ha logrado presenciar paisajes de increíble belleza.
Son imágenes que permanecerán para siempre en su retina.
Una colonia de pinguinos, posa ante la cámara de Calleja.
Todos los riesgos a los que se enfrentan parecen merecer la pena, al menos eso dicen los que tienen la oportunidad de llegar hasta allí.