La Nasa simula tranquilidad ante la inminente llegada del «Discovery»

«Preocupación, decepción y angustia». Estos son los tres sentimientos que experimentan una amplía mayoría de los estadounidense cuando piensan en el regreso del Discovery . Según un artículo del New York Times , el sentir de los ciudadanos nada tiene que ver con la tranquili-dad y sosiego transmitida por la Nasa ante el aterrizaje de la nave esta mañana. Muy al contrario, el rotativo asegura que los norteamericanos no desean presenciar una nueva tragedia, después del fracaso de otras misiones como la del Columbia o el Challenger , y ni siquiera se posicionaran frente a los televisores intentado ahorrarse una nueva visión traumática. De nada han servido los esfuerzos de la agencia espacial, que ha calificado en varias ocasiones de «éxito rotundo» la misión, o las declaraciones de los propios astronautas intentado aparentar la mayor naturalidad. «Será un día de mucho trabajo y todo va a salir bien como en los entrenamientos», aseguraba en rueda de prensa el copiloto de la nave, James Nelly. Sin embargo el propio astronauta admitía poco después que no podría quitarse de la mente el desastre del Columbia . El recuerdo de los siete tripulantes, que murieron desintegrados cuando intentaban volver a la Tierra, también está presente entre los ciudadanos que saben que un nuevo error podría tener consecuencias fatales para la agencia espacial. El temor de los analistas Los analistas temen que un nuevo accidente deje sin fondos a la Nasa y frustre otras misiones consolidadas como la exploración de Marte, donde varios robots han conseguido mandar información sin sufrir ningún percance. El chovinismo norteamericano también podría verse perjudicado si la tripulación del Discovery no logra tocar Tierra, ya que eso supondría una devaluación de a ciencia «made in USA» a nivel mundial. Aunque de momento, y hasta que de madrugada comiencen las maniobras de descenso -el aterrizaje está previsto a las 10.46 hora española-, ninguna de estas especulaciones se deja traslucir en el ánimo de los miembros de la agencia espacial. A los periodistas extranjeros recluidos en la base de Florida les indican que esto no es más que «un aterrizaje más» en su trayetoria». En los pasillos, absoluta normalidad, incluso más de la habitual, y una sola concesión por parte de los portavoces de la agencia «pase lo que pase, la próxima misión, programada para el mes de septiembre, sólo saldrá al espacio si los ingenieros cuentan con todas las garantías». «Es hora de volver a casa y seguir trabajando para volar en el futuro de nuevo» EILEEN COLLINS Comandante del «Discovery»