Enfrentados por la longevidad

Hace unas semanas que los Brown, de Filadelfia (EE.UU.) ostentan el título de matrimonio más longevo del mundo. Con los 205 años que suman las edades de ambos -105 él y 100 ella-, el Libro Guinness de los Récords les concedió el honor de figurar en sus páginas. Pero la alegría de los Brown podría durar poco. Los Gomi, de Yokohama (Japón), amenazan con impugnar el título, ya que los dos juntos suman 207 años. Yoichi y Kazono Gomi, de 104 y 103 años respectivamente y casados desde hace 72 años, parecían tener dificultades para recordar sus edades durante una rueda de prensa televisada desde Yokohama que ofrecieron esta semana. Sin embargo, sus familiares aseguraron que conjuntamente suman dos años más que la pareja estadounidense, lo que les daría facultad para reclamar el récord. La receta El matrimonio aspirante no pudo sustraerse a las inevitables preguntas sobre los secretos que les han proporcionado a ambos una vida longeva. «Tienes que tener mucha esperanza -dijo Yoichi, que durante su vida laboral fue funcionario-. Tienes que querer estar vivo». La pareja, que tiene tres hijos, cinco nietos y seis bisnietos, asegura que de lo que más disfruta a estas alturas de su vida es «de pasar el tiempo juntos», según explica el marido, a lo que la esposa, que fue enfermera de profesión, responde agitando la cabeza y corrigiendo sus palabras. «Te aburres de vivir tanto. Yo ya no disfruto de nada», dijo la mujer. Mientras la reclamación de los Gomi no se resuelva, el Guinness proclama que el matrimonio más anciano del mundo es el formado por Herbert y Magda Brown, residentes de Filadelfia, que tienen 105 y 100 años, respectivamente, con lo que suman un total de 205. Los Brown se casaron en Hungría en 1930 y más tarde se mudaron a Austria, donde él fue encarcelado por los nazis por su condición de judío, en 1938. Dos meses más tarde fue liberado a cambio de todas las posesiones de su familia. A pesar de todos los años que llevan juntos, casi nunca discuten. Una escollo que quiebra un gran número de parejas en todo el mundo y para el que confiesan disponer de un secreto para evitarlo. «Es muy fácil de llevar, yo soy la fuerte», explica Magda, quien explica que, en su caso, la clave de una buena convivencia reside en que ella lleva la iniciativa y él le sigue la corriente. Una vida tranquila, comida saludable y ejercicio han sido las claves que a ellos les han ayudado a superar la centena con buena salud. Hasta poco antes de cumplir los cien, solían dar paseos diarios por el centro comercial próximo a su hogar.