Diario de León
Publicado por
ESTHER ESTEBAN
León

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SÓLO los bienpensantes de siempre pueden seguir esperando que Batasuna, a estas alturas de la película, deje de planear sus contumaces desafíos tanto al PNV como al Gobierno de España. La convocatoria de una manifestación ilegal el próximo domingo -coincidiendo con el inicio de la Semana Grande de San Sebastián- es otro paso más en su intento de marcar la agenda política del País Vasco, y una prueba de que su objetivo sigue siendo el de siempre: la independencia de Euskadi sin concesiones a la galería. Arnaldo Otegi se siente fuerte, ni quiere ni puede ocultarlo, y de no ser así no echaría este nuevo pulso siendo como es la cara y la voz de una organización ilegal y, por lo tanto, perseguible jurídica y penalmente. Si se aplicara la ley lisa y llanamente, el consejero de Interior debería haber afirmado ya, sin ningún género de dudas, que esa manifestación no es legal y por tanto debe ser desautorizada, pero no lo ha hecho. De momento sólo ha optado por el silencio. Calla ante la petición de una manifestación convocada por el brazo político de ETA, que justifica la violencia y defiende los mismos objetivos de la banda. Claro que la decisión del consejero -como dirán algunos- siempre puede ser recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, pero una vez más el Gobierno de Ibarretxe hará dejación de sus responsabilidades para no importunar demasiado a los proetarras. ¡Qué pereza! volver a rebatir los argumentos de quienes nuevamente afirmarán que no es democrático negar el derecho a manifestarse a los militantes de la izquierda abertzale. Aquí nadie niega el derecho a salir a la calle de nadie, pero deben cumplirse las reglas del juego. Otegi sólo tiene que salir a la palestra y decirle a sus amigos de ETA que dejen las armas. Sólo tiene que repudiar cualquier acto de violencia y aceptar las reglas del juego que todos nos hemos marcado en democracia. Todo lo demás son pamplinas. La tabla de medir de la ley debe ser la misma para todos y si no las cosas seguirán igual. ¡Qué pereza! que los primos de Zumosol sigan abusando del poder que les da utilizar la coacción y las armas. ¿Es eso tolerable democráticamente? Simplemente no.

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