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Cosas de aquí | Con la vara de avellano

No fui yo, siñor mayestru

La hermosa escuela de Soto de Sajambre viajó cincuenta años atrás para recrear otra de las estampas del Calendario de León que el Diario entregará gratis el próximo mes de diciembre

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Larry/Gancedo - león
León

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A la sombra de los roblones y las jayas , en el país de la Pica Ten, la Torre Santa y el Jario, de los praos separados por jitos y de las aldeas aovilladas al costado de los valles, está Soto de Sajambre, el airoso Soto, uno de los pueblos más bellos del viejo reino. Y en su célebre escuela, donde tantos rapaces se abrieron al conocimiento de las cosas del mundo, el Diario de León volvió a desplegar indumentarias, objetos y telares hasta que acabó recuperando el ambiente propio de los años cincuenta del pasado siglo Además de la minuciosa «puesta en escena», el Programa de Animación a la Lectura de la Concejalía de Educación y Cultura del Ayuntamiento de León llevó a chavales del siglo XXI -a quienes, de paso, introdujeron en el mundo de la cultura tradicional de Picos- para figurar en las sugerentes imágenes que está preparando el Diario. Objetivo, crear el más prestoso almanaque de los hechos hasta el momento: el Calendario de León 2005, que será entregado gratuitamente por el periódico en diciembre y que en esta ocasión está dedicado a la infancia. Tan propios estaban ellos que el fotógrafo Peio García no dudó en retratar a tres mocinas a la salida de la escuela tal y como si una máquina del tiempo lo hubiera conducido a un valle leonés de hace medio siglo. Unas escuelas pioneras La escuela de Soto es el edificio más grande y emblemático del pueblo. Mandado construir por Félix de Martino en 1906, se convirtió en la referencia educativa de todo Sajambre durante los años veinte y treinta del siglo pasado. El mecenas, enriquecido gracias a su matrimonio con la mexicana Guadalupe Noriega, no sólo pretendió que su pueblo tuviera una buena escuela, sino que la dotó tanto con unos materiales didácticos y de laboratorio inusuales en esa época y sólo al alcance de algunas universidades, como del más alto nivel educativo, llevando al pueblo al mejor profesor de esa promoción en León, Leonardo Barriada. Una parte de los materiales de laboratorio siguen custodiados en el gabinete de ciencias de la escuela y esperan poder ser mostrados al público si alguna administración toma conciencia del valor que atesoran. Hasta ahora, sólo la asociación Felix de Martino se ha esforzado para su conservación a través de subvenciones del parque nacional. El telégrafo, el teléfono, la radio o la astronomía estaban al alcance de los niños de Sajambre cuando la mayoría del resto de zonas sólo disponían de la tiza y el pizarrín .

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