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Cosas de aquí y de allá | Un viaje en el tiempo

La autovía leonesa de Roma

Un equipo de arqueólogos descubre en las proximidades de la muralla de Lugo un tramo de la Vía Romana XIX, que comunicaba Braga y Astorga

Publicado por
María Cuadrado - redacción
León

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Bajo el asfalto y las huertas de Lugo se oculta el imperio romano. Las últimas catas arqueológicas han dejado al descubierto los restos de un tramo de la antigua vía XIX del itinerario de Antonino, la que unía las tres capitales del noroeste peninsular: Bracara Augusta, Lucus Augusti y As-turica Augusta. El descubrimiento de la antigua vía de entrada-salida de la urbe sorprendió a los arqueólogos Covadonga Carreño y Enrique González, y al equipo de expertos que trabajan en el barrio del Carmen, donde desarrollan el proyecto Vías Atlánticas Interreg III A, que persigue la conservación de recursos patrimoniales. El hallazgo se produjo a unos 400 metros de la Muralla y del recinto histórico. Atendiendo a los sondeos realizados en 1992, la tarea comenzó en el tramo inferior del camino de O Regueiro da Hortas, donde no se conservan restos del pa-vimento de la antigua calzada, posiblemente destruidos en épocas más recientes, aunque sí un posible antiguo sistema de evacuación de aguas. A escasos metros, un nuevo sondeo ha permitido descubrir en perfecto estado restos de la calzada, a 1,50 metros de pro-fundidad y con un espesor de 70 centímetros. La alternancia de capas de cantos de río ca-racterizan el pavimento. La arqueóloga municipal Covan-donga Carreño insiste en que aunque a primera vista la cal-zada tiene un ancho de cuatro metros, es del todo posible que se prolongue bajo los muros más recientes que separan las huertas del camino. Curiosamente sólo ochenta centímetros separan la vía romana XIX de una calzada posterior, construida en el siglo XIX y cuyos restos también han quedado al descubierto en una zona donde los arqueólogos han tenido que ingeniárselas para sanear y canalizar acuíferos naturales y la escorrentía de aguas sucias. Si el tiempo lo permite, los trabajos continuarán hasta octubre en una superficie de 1.500 metros cuadrados. Las nuevas catas permitirán determinar la orientación de la calzada romana desde este punto. En este sentido, el historiador y actual director xeral de Patrimonio Cultural, Felipe Arias, publicó que ya en el siglo I d. de C. Lugo se convirtió en «la mansión viaria urbana» de las vías XIX y XX, y en el punto de unión de ambos caminos, dirigiéndose el primero hacia Iria Flavia y el segundo a Bri-gantium. A falta del cacareado Centro da Romanización, los restos de estructuras, de monedas y de cerámica que podrían datar de la época bajoimperial, además de los de los muros de una al-farería, serán trasladados al Museo Provincial. En cuanto a la calzada, el proyecto con-templa la señalización del itinerario transnacional. El Feder aporta 1.253.000 euros para desarrollar esta iniciativa, que cofinancian las diputaciones de A Coruña, Lugo y Pontevedra, las Cámaras lusas de Braga y Vila Verde, entre otras.

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