El Papa condena los nuevos brotes de xenofobia y racismo antisemita

El Papa aprovechó ayer su segundo día en Colonia para condenar el nazismo y denunciar los nuevos brotes de antisemitismo. La segunda jornada de Ratzinger en la ciudad germana, donde se celebra el encuentro mundial de la juventud cristiana, destacó por el ecumenismo, tras la visita del Pontífice a la Sinagoga y el encuentro con los representantes de las iglesias protestantes alemanas. En sus dos discursos, Benedicto XVI habló de diálogo para acercar posiciones. En la Sinagoga, Ratzinger fue recibido por el rabino y por los presidentes de la comunidad hebrea de Colonia, la más antigua de Alemania, en una ceremonia de gran significado histórico: por vez primera un Papa visita una sinagoga extranjera y lo hace en Alemania, país del Holocausto. Relaciones En su discurso el Pontífice manifestó su intención de continuar el camino para mejorar las relaciones y la amistad con el pueblo hebreo. Además, condenó el nazismo calificándolo de «matriz neopagana», al tiempo que recordaba las raices comunes y el rico patrimonio espiritual que comparten judíos y cristianos. Se mostró también preocupado por los signos de antisemitismo y de hostilidad hacia los extranjeros, y aseguró que la Iglesia «se compromete en favor de la tolerancia, el respeto, la amistad y la paz entre los pueblos, las culturas y las religiones». Con el deseo de «mirar hacia delante», Benedicto XVI animó a «pasar a los jóvenes la antor-cha de la esperanza que fue entregada por Dios tanto a los judíos como a los cristianos», para que las fuerzas del mal «nunca más» prevalezcan». El acto finalizó con una oración y unos minutos de meditación. Más tarde se celebró otro histórico encuentro con los representantes de las principales iglesias protestantes, a las que pertenece la mitad de la población alemana, y que mantienen tensas relaciones con Roma. El Papa habló de diálogo y manifestó el firme propósito de asumir como una prioridad la recuperación de la unidad de los cristianos «plena y visible». El diálogo», dijo, «ha suscitado el redescubrimiento de la hermandad y ha creado entre los cristianos un clima más abierto y confiado» por lo cual hay que dar prioridad a las cuestiones éticas «que no pueden dividir a los cristianos». También tuvo palabras para la alegría que le invadió por el recibimiento a su llegada a Colonia, entre fuertes medidas de seguridad. «Ayer (por el jueves) viví una explosión de alegría, pero eso no dura toda la vida, no todos los días son como el de ayer». Luego hizo alusión a las dificultades. «Después de la luz, en la vida de las personas a menudo llegan momentos de oscuridad. Les ocurrió a los propios Reyes Magos después de haber visto al Niño. Es necesario prepararse para afrontar también los momentos más difíciles». «La Iglesia se compromete a favor de la tolerancia, el respeto, la amistad y la paz entre los pueblos, las culturas y las religiones» BENEDICTO XVI