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A LA CÁLERA, borroca. Es verano. Y no hay fiestorro de pueblo vasco si no montan pirula de gran aparato, como si fuera pilón para ahogar furias o mozos foráneos que se arriman demasiado al material femenino nacionalizable. Sale el tema porque volví a ver a Urío Bengoa, bilbotarra contumaz, bravo y cabal, con quien hice la mili en Gerona hace dos guerras mundiales (la de los hippies y la de yupies). Fue gran amigo en aquel cautiverio. Insiste en que vaya a la Semana Grande que ya llega en su enésima gresca banderil. A ver. No sé. No creo. Hablamos largo. Asegura que la kale borroka se ha reeditado con especial intensidad y que los lakorros batasuníes copian a Fraga, «la calle es mía». Hay que hacer ruido. A joderse. De eso va. Las bases son activadas en lo que llaman terrorismo de baja intensidad. Les sirve para convencerse de que la kúpula de la kópula sigue en su alcázar defendiendo Troya, precisamente ahora que se habla de negociación, de acuerdos y de contagio irlandés. Es la borroca campamento, rearme moral de votantes y cadetes de gudaris. Anima y fortalece el seguir dando el salto y el grito contra los chacurras de la Ertzainza y las españas de la mierda. Y se lo creen. Pero ignoran en su dictada actitud que esta borroca última es más teatro paripé que batalla cierta. Es para entretener. Se consiente la bronca. Se acordó por lo bajini. En las conversaciones que auspicia Zapatero así se exigió. Urío se explicó pisándose las palabras. Anota: ya no hay muertos en esta lucha final. Eta no puede cargar su mesa con más asesinatos (indiscriminados, menos) porque la parte contraria de la parte contratante quedó harta para mucho tiempo con el carrao del once de marzo y podría fornicarse la marrana sine die. Segundo dato: la recalcitrante campaña petardera contra el turismo se ha orillado y tiene en esta edición menos eco que el festival de Benidorm. Es otra de las cesiones en la negociación suboficial entre gobierno y banda: no muertos, no joder turismo y una salida honrosa al enemigo, o sea, la borroca, aunque esta vez los erchanchas arrearán para que mole. Arriba están negociando. Que sólo haya borroca es buena señal; es que avanzan. Esto huele a final. Lento, pero final. Los gudaris serán los últimos en enterarse. Los mandos no consultan a tropa. Así son las guerras... que también se acaban. Va siendo hora.

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