Cambia el papamóvil por un Audi con nevera

El Papa vive estos días en Colonia en los aposentos del cardenal Joachim Meisner, de unos 80 metros cuadrados de superfiicie. ¿Quién cocina? Varios jóvenes sacerdotes, bajo la atenta mirada de un funcionario del Vaticano. ¿Qué come? Hasta ahora ha optado por comida típica de la región: chuleta de cerdo, asado de carne con col lombarda, trucha y patatas cocidas. A pesar de estar en tierra cervecera (en Colonia se bebe la famosa Kölsch, una rubia ligerita), el Papa prefiere la limonada y el café cortado al que se ha aficionado en Italia. Su anfitrión compró una máquina de café para que no le faltara su «espresso». ¿Cómo se mueve? En un Audi 8, blindado y equipado con teléfono, fax, televisión y frigorífico. Dicen las malas lenguas que es un guiño al canciller, Gerhard Schröder, amante de la marca Audi. El papamóvil, que Ratzinger heredó de Juan Pablo II, queda reservado para trayectos cortos. Hoy se reunirá con el canciller, el presidente del Parlamento, Wolfgang Thierse, la presidenta del partido democristiano y jefa de la oposición, Angela Merkel, entre otras autoridades alemanas.