La UE minimiza el riesgo de gripe del pollo pero aumenta el control

Los representantes sanitarios de la Europa de los venticinco se apresuraron ayer a anunciar que es muy improbable que la gripe del pollo llegue a Europa. La reunión urgente se fijó después de que la semana pasada se comenzaran a detectar numerosos casos de la enfermedad en aves de Rusia y la república de Kazajstán, a tan sólo 2.000 kilómetros de la frontera de la UE y por la proximidad de las migraciones de aves salvajes que atravesarán Europa. «Los expertos no han respaldado la teoría de que la enfermedad ha sido extendida por Asia por las aves silvestres migratorias», explicó uno de los participantes en la reunión. «Seguimos la situación de cerca, pero no somos alarmistas», afirmó Philip Tod, portavoz del comisario europeo de Salud, Markos Kyprianu. «Nuestro análisis es que el riesgo es débil», aseguró. Pese a estas afirmaciones, en la misma reunión se acordaron intensificar las medidas de control en las fronteras y en los criaderos de todos los países. En primer lugar, se recomendó a los estados que revisen e intensifiquen los programas de vigilancia que están en marcha desde el 2003, aumentando los controles en las rutas que plantean más riesgos de introducir la enfermedad. Además, deberá reforzarse la cooperación entre los países bajo la coordinación del Ejecutivo comunitario, que podría financiar estas acciones con 200 millones de euros. Recomendaron que se revisen las medidas como la desinfección de vehículos que se mueven entre granjas. Esta evaluación debería tener en cuenta las rutas migratorias y las situaciones en las que aves silvestres pueden entrar en contacto con los pollos. En estos casos podría tomarse en consideración la posibilidad de vacunar. De esta forma, Holanda se queda sola después de que haya tomado la determinación de prohibir la cría de aves en recintos abierto.