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| Crónica | Informe desde la Estación Espacial Europea |

Un agujero como Europa

La brecha de la capa de ozono sobre la Antártida crece a pasos agigantados. Este invierno ha llegado a los diez millones de kilómetros cuadrados, la mayor cifra desde hace cinco años

La península Antártica se está derritiendo soltando al océano icebergs de grandes dimensiones

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efe | parís

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El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida ha crecido este invierno hasta alcanzar una superficie de diez millones de kilómetros cuadrados, una extensión similar a la de Europa y la mayor desde hace cinco años. Con todo, según informa la Agencia Espacial Europea (ESA) en una nota, el agujero podría extenderse todavía más en las próximas semanas. Los datos ofrecidos en tiempo real por los satélites de la ESA mediante el consorcio Promote, en el que participan 11 países, han permitido conocer que el agujero de la capa de ozono ocupa en la actualidad la mayor superficie registrada en todo el año. Según señaló ayer la ESA en un comunicado, se trata de la mayor dimensión del agujero de ozono, en esta fase de su desarrollo, desde 2000. El agujero debería alcanzar su tamaño máximo en septiembre, precisó. En aumento Indicó además que sólo en 1996 y 2000 el agujero de ozono había superado ese tamaño, equivalente a la superficie de Europa, en este momento del año. Según explica la agencia espacial, determinadas variaciones meteorológicas en diversas regiones del hemisferio Sur pueden alterar los niveles de ozono en el Antártico, donde prevalecen los vientos del vórtice polar. Además, las bajas temperaturas durante el invierno y la oscuridad permanente contribuyen a la formación de nubes que contienen cloro, uno de los compuestos naturales de la naturaleza, junto al nitrógeno y el hidrógeno, capaces de destruir el gas de ozono. Los investigadores aseguran que el agujero crecerá todavía más a partir de las próximas semanas, cuando la primavera llegue al Polo Sur y la combinación de los nuevos rayos del Sol con las nubes polares en la estratosfera provoque la descomposición del ozono en moléculas de oxígeno. Una molécula de cloro tiene la potencia suficiente para destruir miles de moléculas de ozono, una forma de oxígeno cuya molécula tiene tres átomos, en vez de los dos del oxígeno común. La capa de ozono presente en la estratosfera, que protege la vida en la Tierra de los perjudiciales rayos ultravioletas, es además vulnerable a la presencia de ciertos compuestos químicos que contienen algunos contaminantes sintéticos como los clorofluorocarbonos. Una vigilancia constante El espectrómetro del satélite Envisat vigila los niveles de ozono a escala global y las mediciones se remontan a mediados de 1995. Los datos de la ESA constituyen la base del servicio operacional de vigilancia y pronóstico de ozono en tiempo casi real, que forma parte del consorcio Promote, integrado por más de 30 socios. En el marco de este servicio, los resultados obtenidos por satélite son combinados con datos meteorológicos y modelos de viento para poder establecer pronósticos sólidos sobre el ozono y los rayos ultravioletas. Por primera vez, estos resultados científicos son utilizados por la Organización Meteorológica Mundial para su boletín sobre el ozono en la Antártida, indicó la ESA.

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