Diario de León

Sólo el 2,8% de las 2.215 intervenciones efectuadas en el 2004 se realizaron por este procedimiento

Sanidad apuesta por elevar al 10% los trasplantes de riñon en donante vivo

España mantiene su liderazgo mundial con una tasa de donación de 34,6 por millón de habitantes

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colpisa | madrid

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Las autoridades sanitarias pretenden lograr que el 10% de los trasplantes de riñón se hagan a partir de un donante vivo, dado que, aunque España sigue siendo líder mundial en donaciones y trasplantes de órganos, se encuentra por debajo de la media en ese tipo de operaciones quirúrgicas. Según el informe de la Comisión de Trasplantes del Consejo de Europa, España continúa aumentando las distancias con el resto de los países occidentales, al ostentar una tasa de donación de 34,6 por millón de habitantes y el porcentaje de negativas familiares más bajo de todo el mundo (17,8%). De acuerdo con el Ministerio de Sanidad y Consumo, en los países occidentales es muy significativo el incremento del trasplante renal procedente de donante vivo, opción por la que se decantan los dirigentes de los sistemas sanitarios ante la escasez de riñones. Si bien España es también líder en trasplantes de riñón -2.215 intervenciones en el 2004 y una tasa de 47,8 por millón de habitantes-, apenas un 2,8% del conjunto de donaciones fue de persona viva, lo que coloca a nuestro país sólo por delante de Irlanda. No ocurre lo mismo en Europa, donde se llevaron 2.040 trasplantes renales, de los cuales un 13% provenía de donantes vivos. En Estados Unidos, tal proporción se eleva se a un 41,5%, mientras en Latinoamérica y Australia alcanza un 38%. Si se excluye el caso de España, donde las donaciones aumentan anualmente desde la década de los 80, en la mayoría de los países occidentales la desproporción entre la oferta y la demanda en todo tipo de trasplantes crece cada año, especialmente en trasplantes de riñón. Seis años más de vida No en vano, el trasplante de riñón de donante vivo se concentra en los países en los que se ha reducido en los últimos años la donación de cadáver, como ocurre en los países escandinavos, el Reino Unido, Alemania, Holanda, Austria, Bélgica, Eslovenia y Luxemburgo, donde esas intervenciones alcanzan como mínimo el 25% del total. La introducción de la cirugía laparoscópica en la extracción del riñón del donante vivo, que reduce enormemente los riesgos, y el mayor tiempo de funcionamiento del riñón procedente de una persona viva son factores que contribuyen al auge de esta modalidad de trasplante. La supervivencia media de un riñón trasplantado de donante fallecido es de 10,2 años , mientras que un riñón de donante vivo funciona durante al menos 16 años.

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