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Gente de aquí y de allá | Pájaros de hierro

La amistad viaja con alas

Una veintena de aeronaves españolas y portuguesas se dieron cita en el aeropuerto de León para vivir unos días de convivencia en los que recorrerán Portugal a vista de pájaro

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Publicado por
Miguel Pérez Ámez - león
León

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Es normal hacer rutas largas durante la época estival. Coger el coche, aguantar atascos, el calor de la carretera, sufrir kilómetros y kilómetros de una vista casi homogénea ostentada en un asfalto seco y áspero hasta no poder más; hasta llegar a desear apartarnos del resto de vehículos y gentío y tener todo el espacio para nosotros, en línea recta hacia nuestro destino, sin curvas, sin ruido, sin semáforos... ¿Por qué no volar? De éste modo todo sería diferente, como más limpio, más fácil, más libre. Esto lo saben bien los miembros del Real Aero Club de León que junto a diversos aero clubes portugueses y aficionados de muchos rincones de España iniciaron ayer un viaje «sin atascos» por los cielos de ambos países vecinos. Los participantes a este Raid Aéreo Noroeste Ibérico, que este año organizaban los clubes portugueses de Coimbra, Viseu y Bragança, llegaron durante toda la mañana al aeropuerto de León, situado en La Virgen del Camino, momento en el que se produjeron viejos reencuentros y saludos a los «novatos» en este Raid, palabra definida como «incursión militar rápida en terreno enemigo, especialmente la llevada a cabo por la aviación», sin embargo en esta cita y tercera edición, es sinónimo de viaje de hermandad entre una veintena de aeronaves participantes dirigidas por personas de diferente procedencia unidas por una misma pasión , volar, desafiar la ley de la gravedad y ver desde el cielo todo lo que a simple vista parece imperceptible. Tras un viaje en autobús que mostró a los bienvenidos la ciudad de León, comenzaron las historias, las opiniones y los recuerdos que se recogieron durante una fraternal comida en las instalaciones del Real Club Aero de León. Con la mitad de la jornada ya completada los pilotos, en algunos casos con sus acompañantes, revisaron por última vez sus aeronaves. Gafas de sol, maletas reducidas al máximo, decenas de botones que controlar y una veintena de hélices girando al mismo tiempo. Los motores conformaban una de las orquestas y estampas más bellas de la jornada. Por delante quedan varios días en el que estos pilotos recorrerán las ciudades portuguesas de Bragança, Coimbra, Viseu, Mogaduro y de nuevo Bragança. Un recorrido a bordo de brillantes pájaros de hierro cuya única finalidad es la de apretar aún más los lazos que unen a estos clubes aéreos. Un viaje en el que el silencio es síntoma de paz y desconexión, donde hombre y entorno tienen contacto a través de una máquina ansiada durante siglos por el ser humano, acostumbrado a conseguir aquello que ansía. Hoy, la libertad. Si es así, ¿por qué no volar?

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