Un mosto para Santa María

Los viticultores y bodegueros del Bierzo rescataron ayer, después de doce años en el olvido, la ofrenda a su patrona Santa María la Real. El sector vitivinícola de la comarca se ha encomendado, en un entrañable acto celebrado en el Monasterio de Carracedo, a la protectora de los vinos y las viñas, para que la cosecha de 2005 sea buena y asegurar así la supervivencia del sector. La iniciativa impulsada por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo, la parroquia de Carracedo y el Ayuntamiento de Carracedelo, ha permitido hacer entrega a la virgen del primer mosto de la cosecha. Dos jóvenes de Carracedo, Fran y Delia, ataviados con trajes populares fueron los encargados de pisar las primeras uvas de la campaña. El presidente del Consejo Regulador, Carlos Méndez Laredo, ofreció la primera jarra de mosto y pidió a la patrona de los vinos su protección y amparo para que el buen tiempo acompañe a esta campaña y la cosecha sea buena. En su discurso, Méndez Laredo recordó que Santa María la Real se convirtió en patrona de todos los viñedos del Bierzo el 6 de agosto de 1993 y recalcó que se recupera esta tradición perdida para obtener el apoyo de la patrona a un sector pujante y decisivo para la economía berciana. «La gente del mundo del vino es gente enrraizada en nuestra tierra, sabedora de la tradición secular de nuestras cepas. El trabajo realizado ha sido inmenso, los retos son cada vez mayores. El vino y su comercialización nos exige una gran competitividad, renovados esfuerzos, imaginación y una mayor profesionalidad en el sector. Nos preocupa el presente y especialmente el futuro. La producción, calidad y comercialización de nuestros vinos ha requerido el esfuerzo de todos los hombres y mujeres que trabajamos en este sector. Santa María la Real infunde deseos, renueva las ilusiones en este trabajo y tarea», apuntó Méndez Laredo. Reconoció que lo que los viticultores quieren es ofrecer los esfuerzos cotidianos, ilusiones y proyectos y también la esperanza que los bodegueros tienen de que los vinos sean cada vez más sabrosos y competitivos. Méndez concluyó que esta ofrenda también debe servir de reconocimiento a todas esas personas que trabajaron para conseguir que el vino del Bierzo fuera reconocido y valorado. Este acto renace con la intención de perdurar en el tiempo. De hecho, a partir del próximo año las ofrendas las realizarán los ayuntamientos de la comarca por orden alfabético y las bodegas de cada municipio.