El Plan de Residuos Industriales prevé una inversión de 137 millones de euros

El futuro Plan Regional de Residuos Industriales 2005-2010, elaborado por la Consejería de Medio Ambiente y actualmente en fase de participación pública, contempla cinco líneas de actuación (elaboración de la normativa, prevención, gestión, I+D+i, formación y comunicación) y una inversión total de 137,5 millones de euros, de los que el 88% serán aportados por las industrias, dentro del principio de «quien contamina paga», y el 12% restante por la Administración regional. De esa cantidad, se destinarán 27,5 millones a la gestión de los residuos peligrosos y los 110 millones restantes a la de los no peligrosos, de los que 90 se invertirán en la construcción de infraestructuras y el resto en prevención, I+D+i, y programas de educación y comunicación. En Castilla y León se generan anualmente 157.000 toneladas de residuos industriales considerados como peligrosos, de los que se recicla cerca del 40%, mientras el resto es eliminado. En cuanto a los no peligrosos, la cifra supera los 3,5 millones de toneladas, siendo reutilizados el 35%. El principal objetivo del plan es que en el año 2010 se reduzca en un 15% la producción de los peligrosos y en un 4% la de los no peligrosos, así como su reciclado y valorizado en un 60 y 80%, respectivamente, y en el 65% el de los industriales orgánicos. Para alcanzar los objetivos establecidos en el Plan de Residuos Industriales, el documento contempla la construcción de una red de infraestructuras que permitan su correcta gestión. En este sentido, se pondrán en marcha 4 plantas de compostaje y 3 de biometanización de residuos orgánicos biodegradables, 3 centros integrales de tratamiento de residuos industriales no peligrosos y 2 depósitos de rechazo de inertes. Además, según afirmó el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, «todos los polígonos industriales cuya superficie supere las diez hectáreas, deberán contar con un centro de transferencia de residuos industriales». Residuos afectados Aunque se verán afectados todos aquellos residuos industriales recogidos en la normativa europea, nacional y comunitaria, quedan excluidos los restos cárnicos generados por las industrias, los desechos sanitarios incluidos en el grupo III (agujas, sangre, desechos anatómicos e infecciosos o vacunas), los procedentes de la minería y la construcción, así como los residuos eléctricos y electrónicos, neumáticos y vehículos fuera de uso y los suelos contaminados. En cuanto a los agentes implicados en el plan, el texto incluye tanto a los grandes como a los pequeños productores (tanto de peligrosos como no peligrosos), a sus gestores y a aquellos que generen algún tipo de residuo industrial. Según se indica desde la Consejería de Medio Ambiente, la colaboración de fabricantes, organizaciones, asociaciones empresariales, administraciones, universidades y centros de investigación ayudará a mejorar el texto con el objetivo final de reducir estos residuos y mejorar la calidad ambiental de Castilla y León.