LA ENFERMEDAD
Un mal crónico de la sangre
Desde que los numerosos afectados se contagiaron han tenido que hacer frente a una enfermedad que es crónica y asintomática, cuyo tratamiento provoca duras secuelas físicas. La hepatitis C, que afecta al hígado, se conoce desde hace 100 años, pero hasta el año 1989, cuando se descubrió un test específico para la detección de sus anticuerpos, no fue posible localizarla en humanos. El virus se transmite a través del contacto con la sangre de la persona que está infectada y, aunque en una primera fase no muestra síntomas claros, suelen estar asociaciados con el tono amarillo de la piel, fatiga, orina oscura y náuseas.