Una temporada muy especial y extraordinariamente activa

Ya en agosto pasado algunos meteorólogos especialistas en estos fenómenos, como Gabriel Balcaza, avanzaban que una temporada muy activa de huracanes estaba desarrollándose en la cuenca del Atlántico. La Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) había incrementado el número de tormentas previstas en el pronóstico extendido para la temporada de 2005 en la cuenca del Atlántico. La NOAA previó un incremento de 11 a 14 tormentas tropicales desde agosto a noviembre, de las que 7 a 9 adquirirían la categoría de huracanes, incluyendo de 3 a 5 como huracanes mayores (categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson). En total, en la temporada 2005 están previstas de 18 a 21 tormentas tropicales y 9 a 11 huracanes incluyendo de 5 a 7 huracanes mayores. «Los trópicos estarán más activos en cuanto se entre al pico de la temporada, que ocurre durante los meses de septiembre y octubre», dijo el General de Brigada David L. Johnson, (Retirado de la Fuerza Aérea de los EE.UU.), Director del Servicio Meteorológico de los EE.UU. «Quizás sea una de las temporadas de huracanes más activas de las que se han registrado en la cuenca del Atlántico, y sería la novena por arriba de lo normal de las temporadas de huracanes, en los últimos 11 años. «A pesar de que ya hemos registrado siete tormentas tropicales durante los meses de junio y julio, mucha de la actividad de la temporada está por venir», dijo Gerry Bell, Jefe de los meteorólogos encargados del pronóstico extendido para la temporada del Atlántico 2005. Los altos niveles pronosticados de la actividad durante el resto de la temporada están de acuerdo con el pronóstico extendido de la NOAA elaborado al final de la primavera, que es comparable a lo ocurrido durante los meses de agosto a octubre de los años muy activos 2003 y 2004. Condiciones que los favorecen Condiciones atmosféricas y oceánicas que favorecen una temporada activa de huracanes, están presentes este año, tal como se predijeron en el pronóstico extendido elaborado antes del inicio de la temporada. «Temperaturas de la superficie del océano más cálidas de lo normal y bajo viento de cizalladura, son los componentes de las tormentas mas intensas y numerosas» agregó Bell. La confluencia de condiciones oceánicas y atmosféricas son bien conocidas para producir un incremento en la actividad de tormentas tropicales en ciclos multidecadales (aproximadamente 20-30 años). Debido a ello, NOAA espera una continuación de temporadas por arriba de lo normal para otra década más. Los investigadores de NOAA muestran que el ciclo recurrente es el factor dominante que controla la actividad de huracanes en el Atlántico. La señal multidecadal que ha estado contribuyendo al incremento de la actividad en el Atlántico desde 1995, también ha producido un marcado descenso en la actividad de huracanes en el este del Pacifico. Condiciones similares también produjeron temporadas muy activas de huracanes en el Atlántico durante los años de 1950 y 1960. Ya avisaron Las condiciones que dirigen a un huracán hacia tierra son bien conocidas, pero difíciles de predecir en escalas de tiempo estacionales (tres meses) y son siempre relacionadas a patrones diarios de condiciones meteorológicas. Sin embargo, las predicciones de estos especialistas realizadas hace meses señalaban que los registros históricos indicaban que en promedio, dos de cada tres huracanes podrían golpear los EE.UU. entre agosto y noviembre, y de 1 a 2 huracanes la costa de Quintana Roo, México. «Conocer precisamente donde golpeará un huracán y con qué intensidad, no puede ser determinado aún más que unos cuantos días antes» dijo Max Mayfield, Director del Centro Nacional de Huracanes de NOAA. Mayfield agregó semanas antes de la catástrofe del Katrina: «Residentes y agencias de gobierno de regiones costeras y cerca de la costa, deberían aumentar esfuerzos en la preparación y por lo tanto, deberían estar bien listos, antes de que un huracán o tormenta tropical sea anunciada».